26 de Noviembre
 

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Salmo 119:33-48

 

Daniel 2:24-49

Daniel interpreta el sueño
24Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había ordenado ejecutar a los sabios de Babilonia. Daniel le dijo: «No mates a los sabios. Llévame ante el rey y le explicaré el significado de su sueño».
25Enseguida Arioc llevó a Daniel ante el rey y anunció: «¡Entre los cautivos de Judá, encontré a uno que le dirá al rey el significado de su sueño!».
26Entonces el rey le preguntó a Daniel (también llamado Beltsasar):
—¿Es cierto? ¿Puedes decirme lo que soñé y lo que mi sueño significa?
27Daniel contestó:
—No hay sabios, brujos, magos ni adivinos que puedan dar a conocer el secreto del rey; 28pero hay un Dios en el cielo, quien revela secretos y le ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que ocurrirá en el futuro. Ahora le diré lo que soñó y las visiones que vio mientras estaba acostado en su cama.
29»Mientras su Majestad dormía, soñó sobre sucesos futuros. Aquel que da a conocer los secretos le ha mostrado a usted lo que ocurrirá. 30Y no es porque yo sea más sabio que los demás que conozco el secreto de su sueño, sino porque Dios quiere que su Majestad entienda lo que estaba en su corazón cuando soñó.
31»En su visión, su Majestad vio frente a sí una enorme estatua resplandeciente de un hombre; daba terror verla. 32La cabeza de la estatua era de oro fino. El pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos de bronce,33las piernas eran de hierro y los pies eran una mezcla de hierro y barro cocido. 34Mientras usted observaba, una roca de una montaña fue cortada, pero no por manos humanas. La roca golpeó los pies de hierro y barro, y los hizo pedazos. 35La estatua quedó reducida a pequeños trozos de hierro, barro, bronce, plata y oro. Luego el viento se los llevó sin dejar rastro alguno, como la paja cuando se trilla el grano. Sin embargo, la roca que derrumbó la estatua se convirtió en una gran montaña que cubrió toda la tierra.
36»Ese fue el sueño. Ahora explicaremos al rey el significado. 37Su Majestad, usted es supremo entre los reyes. El Dios del cielo le ha dado soberanía, poder, fuerza y honra. 38Dios lo ha puesto como gobernante sobre todo el mundo habitado y le ha dado dominio aun sobre las aves y los animales salvajes. Usted es la cabeza de oro.
39»Ahora bien, después de que termine su reino, surgirá otro reino, inferior al suyo, y ocupará su lugar. Cuando este caiga, un tercer reino, representado por el bronce, surgirá para gobernar el mundo. 40Después vendrá un cuarto reino, tan fuerte como el hierro. Ese reino destrozará y aplastará a todos los imperios anteriores, así como el hierro destroza y aplasta todo lo que golpea. 41Los pies y los dedos que usted vio eran una combinación de hierro y barro cocido, lo cual demuestra que ese reino se dividirá. Por ser barro mezclado con hierro, tendrá algo de la fuerza del hierro. 42No obstante, si bien algunas de sus partes serán tan fuertes como el hierro, otras serán tan débiles como el barro. 43Esta mezcla de hierro con barro también demuestra que esos reinos procurarán fortalecerse al hacer alianzas matrimoniales; pero no se mantendrán unidos, así como el hierro y el barro no se mezclan.
44»Durante los gobiernos de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido o conquistado. Aplastará por completo a esos reinos y permanecerá para siempre. 45Ese es el significado de la roca cortada de la montaña, aunque no por manos humanas, que hizo pedazos la estatua de hierro, bronce, barro, plata y oro. El gran Dios estaba mostrando al rey lo que ocurrirá en el futuro. El sueño es verdadero y el significado, seguro.
Nabucodonosor recompensa a Daniel
46Entonces el rey Nabucodonosor se postró ante Daniel y le rindió culto, y mandó al pueblo que ofreciera sacrificios y quemara incienso dulce frente a Daniel. 47El rey le dijo: «En verdad tu Dios es el más grande de todos los dioses, es el Señor de los reyes, y es quien revela los misterios, porque tú pudiste revelar este secreto».
48Entonces el rey puso a Daniel en un puesto importante y le dio muchos regalos valiosos. Nombró a Daniel gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe de todos los sabios del rey. 49A petición de Daniel, el rey puso a Sadrac, Mesac y Abed-nego a cargo de todos los asuntos de la provincia de Babilonia, mientras Daniel permaneció en la corte del rey.

 

Daniel 3

 

Estatua de oro del rey Nabucodonosor
1El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro que medía veintisiete metros de altura y dos metros y medio de ancho y la levantó sobre la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.2Luego envió mensajes a los altos funcionarios, autoridades, gobernadores, asesores, tesoreros, jueces y magistrados y a todos los funcionarios provinciales para que asistieran a la dedicación de la estatua que había levantado. 3De modo que todas estas autoridades vinieron y se pusieron de pie ante la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.
4Entonces un vocero proclamó: «¡Gente de todas las razas, naciones y lenguas escuchen el mandato del rey! 5Cuando oigan tocar la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, la zampoña y otros instrumentos musicales, inclínense rostro en tierra y rindan culto a la estatua de oro del rey Nabucodonosor.6¡Cualquiera que se rehúse a obedecer, será arrojado inmediatamente a un horno ardiente!».
7Así que al sonido de los instrumentos musicales, toda la gente, de cualquier raza, nación o lengua, se inclinó rostro en tierra y rindió culto a la estatua de oro que había levantado el rey Nabucodonosor.
8Sin embargo, algunos de los astrólogos se presentaron ante el rey y denunciaron a los judíos. 9Dijeron al rey Nabucodonosor: «¡Que viva el rey! 10Usted emitió un decreto que exige a todo el pueblo inclinarse y rendir culto a la estatua de oro al oír tocar la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el arpa, la zampoña y otros instrumentos musicales. 11Ese decreto también establece que quienes se rehúsen a obedecer serán arrojados dentro de un horno ardiente. 12Pues hay algunos judíos —Sadrac, Mesac y Abed-nego— a los que usted puso a cargo de la provincia de Babilonia que no le prestan atención, su Majestad. Se niegan a servir a los dioses de su Majestad y no rinden culto a la estatua de oro que usted ha levantado».
13Entonces Nabucodonosor se enfureció y ordenó que trajeran ante él a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Cuando los trajeron, 14Nabucodonosor les preguntó:
—¿Es cierto, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que ustedes se rehúsan a servir a mis dioses y a rendir culto a la estatua de oro que he levantado? 15Les daré una oportunidad más para inclinarse y rendir culto a la estatua que he hecho cuando oigan el sonido de los instrumentos musicales. Sin embargo, si se niegan, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente y entonces, ¿qué dios podrá rescatarlos de mi poder?
16Sadrac, Mesac y Abed-nego contestaron:
—Oh Nabucodonosor, no necesitamos defendernos delante de usted.17Si nos arrojan al horno ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de su poder, su Majestad; 18pero aunque no lo hiciera, deseamos dejar en claro ante usted que jamás serviremos a sus dioses ni rendiremos culto a la estatua de oro que usted ha levantado.
El horno ardiente
19Entonces Nabucodonosor se enfureció tanto con Sadrac, Mesac y Abed-nego que el rostro se le desfiguró a causa de la ira. Mandó calentar el horno siete veces más de lo habitual.20Entonces ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sadrac, Mesac y Abed-nego y los arrojaran al horno ardiente. 21Así que los ataron y los arrojaron al horno, totalmente vestidos con sus pantalones, turbantes, túnicas y demás ropas.22Ya que el rey, en su enojo, había exigido que el horno estuviera bien caliente, las llamas mataron a los soldados mientras arrojaban dentro a los tres hombres. 23De esa forma Sadrac, Mesac y Abed-nego, firmemente atados, cayeron a las rugientes llamas.
24De pronto, Nabucodonosor, lleno de asombro, se puso de pie de un salto y exclamó a sus asesores:
—¿No eran tres los hombres que atamos y arrojamos dentro del horno?
—Sí, su Majestad, así es —le contestaron.
25—¡Miren! —gritó Nabucodonosor—. ¡Yo veo a cuatro hombres desatados que caminan en medio del fuego sin sufrir daño! ¡Y el cuarto hombre se parece a un dios!
26Entonces Nabucodonosor se acercó tanto como pudo a la puerta del horno en llamas y gritó: «¡Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salgan y vengan aquí!».
Así que Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron del fuego. 27Entonces los altos funcionarios, autoridades, gobernadores y asesores los rodearon y vieron que el fuego no los había tocado. No se les había chamuscado ni un cabello, ni se les había estropeado la ropa. ¡Ni siquiera olían a humo!
28Entonces Nabucodonosor dijo: «¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego! Envió a su ángel para rescatar a sus siervos que confiaron en él. Desafiaron el mandato del rey y estuvieron dispuestos a morir en lugar de servir o rendir culto a otro dios que no fuera su propio Dios.29Por lo tanto, yo decreto: si alguien, cualquiera sea su raza, nación o lengua, habla en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, será despedazado y su casa será reducida a un montón de escombros. ¡No hay otro dios que pueda rescatar de esta manera!».
30Luego el rey ascendió a Sadrac, Mesac y Abed-nego a puestos aún más altos en la provincia de Babilonia.

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1ª Pedro 4:7-19

7El fin del mundo se acerca. Por consiguiente, sean serios y disciplinados en sus oraciones. 8Lo más importante de todo es que sigan demostrando profundo amor unos a otros, porque el amor cubre gran cantidad de pecados. 9Abran las puertas de su hogar con alegría al que necesite un plato de comida o un lugar donde dormir.
10Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros. 11¿Has recibido el don de hablar en público? Entonces, habla como si Dios mismo estuviera hablando por medio de ti. ¿Has recibido el don de ayudar a otros? Ayúdalos con toda la fuerza y la energía que Dios te da. Así, cada cosa que hagan traerá gloria a Dios por medio de Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria y todo el poder por siempre y para siempre! Amén.
Sufrir por ser cristiano
12Queridos amigos, no se sorprendan de las pruebas de fuego por las que están atravesando, como si algo extraño les sucediera. 13En cambio, alégrense mucho, porque estas pruebas los hacen ser partícipes con Cristo de su sufrimiento, para que tengan la inmensa alegría de ver su gloria cuando sea revelada a todo el mundo.
14Así que alégrense cuando los insulten por ser cristianos, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.15Sin embargo, si sufren, que no sea por matar, robar, causar problemas o entrometerse en asuntos ajenos. 16En cambio, no es nada vergonzoso sufrir por ser cristianos. ¡Alaben a Dios por el privilegio de que los llamen por el nombre de Cristo! 17Pues ha llegado el tiempo del juicio, y debe comenzar por la casa de Dios; y si el juicio comienza con nosotros, ¿qué terrible destino les espera a los que nunca obedecieron la Buena Noticia de Dios?18Además,
«Si el justo a duras penas se salva,
¿qué será de los pecadores que viven sin Dios?».
19De modo que, si sufren de la manera que agrada a Dios, sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues él nunca les fallará.

 

1ª Pedro 5

Consejos para los líderes y los jóvenes
1Y ahora, una palabra para ustedes los ancianos en las iglesias. También soy un anciano y testigo de los sufrimientos de Cristo. Y yo también voy a participar de su gloria cuando él sea revelado a todo el mundo. Como anciano igual que ustedes, les ruego: 2cuiden del rebaño que Dios les ha encomendado. Háganlo con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que puedan obtener de ello, sino porque están deseosos de servir a Dios.3No abusen de la autoridad que tienen sobre los que están a su cargo, sino guíenlos con su buen ejemplo. 4Así, cuando venga el Gran Pastor, recibirán una corona de gloria y honor eternos.
5Del mismo modo, ustedes hombres más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos. Y todos sírvanse unos a otros con humildad, porque
«Dios se opone a los orgullosos
pero muestra su favor a los humildes».
6Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor. 7Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.
8¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. 9Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe. Recuerden que sus hermanos en Cristo, en todo el mundo, también están pasando por el mismo sufrimiento.
10En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido. 11¡A él sea todo el poder para siempre! Amén.
Saludos finales de Pedro
12Les escribí y envié esta breve carta con la ayuda de Silas, a quien les encomiendo como un hermano fiel. Mi propósito al escribirles es alentarlos y asegurarles que por lo que están atravesando es en verdad parte de la gracia de Dios para ustedes. Manténganse firmes en esta gracia.
13Su iglesia hermana aquí en Babiloniales manda saludos, al igual que mi hijo Marcos.14Salúdense unos a otros con amor cristiano.
La paz sea con todos ustedes que están en Cristo.

 

 

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Salmo 119:33-48

He
33Enséñame tus decretos, oh Señor;
los cumpliré hasta el fin.
34Dame entendimiento y obedeceré tus enseñanzas;
las pondré en práctica con todo mi corazón.
35Hazme andar por el camino de tus mandatos,
porque allí es donde encuentro mi felicidad.
36Dame entusiasmo por tus leyes
en lugar de amor por el dinero.
37Aparta mis ojos de cosas inútiles
y dame vida mediante tu palabra.
38Confirma a tu siervo tu promesa,
la promesa que hiciste a los que te temen.
39Ayúdame a abandonar mis caminos vergonzosos,
porque tus ordenanzas son buenas.
40¡Anhelo obedecer tus mandamientos!
Renueva mi vida con tu bondad.
Vav
41Señor, concédeme tu amor inagotable,
la salvación que me prometiste.
42Entonces podré responder a los que se burlan de mí,
porque confío en tu palabra.
43No arrebates de mí tu palabra de verdad,
pues tus ordenanzas son mi única esperanza.
44Seguiré obedeciendo tus enseñanzas
por siempre y para siempre.
45Caminaré en libertad,
porque me he dedicado a tus mandamientos.
46A los reyes les hablaré de tu ley,
y no me avergonzaré.
47¡Cuánto me deleito en tus mandatos!
¡Cómo los amo!
48Honro y amo tus mandatos;
en tus decretos medito.

 

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