Como la nieve no es para el verano ni la lluvia para
la cosecha,
tampoco
el honor es para los necios.
2 Como gorrión que revolotea o golondrina que
vuela sin rumbo,
la
maldición inmerecida no llegará a quien iba
dirigida.
3 Guía al caballo con el látigo, al burro con
el freno,
¡y
al necio con la vara en la espalda!
4 No respondas a los argumentos absurdos de
los necios
o
te volverás tan necio como ellos.
5 Responde a los argumentos absurdos de los
necios
o
se creerán sabios en su propia opinión.
6 Confiarle a un necio que lleve un mensaje,
¡es
como cortarse los pies o tomar veneno!
7 Un proverbio en boca de un necio
es
tan inútil como una pierna paralizada.
8 Honrar a un necio
es
tan absurdo como atar la piedra a la honda.
9 Un proverbio en boca de un necio
es
como una rama espinosa agitada por un borracho.
10 El patrón que contrata a un necio o a
cualquiera que pasa
es
como un arquero que lanza su flecha al azar.
11 Así como el perro vuelve a su vómito,
el
necio repite su necedad.
12 Hay más esperanza para los necios
que
para los que se creen sabios.
13 El perezoso afirma: «¡Hay un león en el
camino!
¡Sí,
estoy seguro de que allí afuera hay un león!».
14 Así como la puerta gira sobre sus bisagras,
el
perezoso da vueltas en la cama.
15 Los perezosos toman la comida con la mano
pero
ni siquiera se la llevan a la boca.
16 Los perezosos se creen más listos
que
siete consejeros sabios.
17 Entrometerse en los pleitos ajenos
es
tan necio como jalarle las orejas a un perro.
18 Tanto daña
un
loco que dispara un arma mortal
19 como el que miente a un amigo
y
luego le dice: «Solo estaba bromeando».
20 El fuego se apaga cuando falta madera,
y
las peleas se acaban cuando termina el chisme.
21 El buscapleitos inicia disputas con tanta
facilidad
como
las brasas calientes encienden el carbón o el fuego
prende la madera.
22 Los rumores son deliciosos bocaditos
que
penetran en lo profundo del corazón.
23 Las palabras suaves pueden
ocultar un corazón perverso,
así
como un barniz atractivo cubre una olla de barro.
24 La gente podrá encubrir su odio con
palabras agradables,
pero
te están engañando.
25 Fingen ser amables, pero no les creas;
tienen
el corazón lleno de muchas maldades.
26 Aunque su odio esté encubierto por engaños,
sus
fechorías serán expuestas en público.
27 Si tiendes una trampa para otros,
tú
mismo caerás en ella.
Si echas a rodar una roca sobre otros,
no
los aplastará a ellos sino a ti.
28 La lengua mentirosa odia a sus víctimas,
y
las palabras aduladoras llevan a la ruina.