22 de Octubre
 

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Salmo 89:1-13

 

Jeremías 39

Caída de Jerusalén
1En enero del noveno año del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor llegó con su ejército para sitiar Jerusalén. 2Dos años y medio más tarde, el 18 de julio del año once del reinado de Sedequías, los babilonios abrieron una brecha en la muralla y la ciudad cayó.3Todos los oficiales del ejército babilónico entraron y, en señal de su triunfo, se sentaron en la puerta Central: Nergal-sarezer de Samgar y Nebo-sarsequim, un oficial principal, Nergal-sarezer, consejero del rey, y todos los demás oficiales.
4Cuando el rey Sedequías y todos los soldados vieron que los babilonios habían invadido la ciudad, huyeron. Esperaron hasta la caída del sol y entonces se deslizaron por la puerta que está entre las dos murallas, detrás del jardín real, y se dirigieron al valle del Jordán.
5Sin embargo, las tropas babilónicaspersiguieron al rey y lo capturaron en las llanuras de Jericó. Entonces lo llevaron ante el rey Nabucodonosor de Babilonia, que se encontraba en Ribla, en la tierra de Hamat. Allí el rey de Babilonia dictó sentencia contra Sedequías. 6Hizo que Sedequías presenciara la masacre de sus hijos y de todos los nobles de Judá. 7Luego le sacaron los ojos, lo ataron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia.
8Mientras tanto, los babilonios quemaron Jerusalén, incluido el palacio, y derribaron las murallas de la ciudad. 9Luego Nabuzaradán, capitán de la guardia, envió a Babilonia a los que habían desertado para unirse a sus filas junto con el resto del pueblo que quedaba en la ciudad. 10Pero Nabuzaradán dejó a algunos de los más pobres en Judá, y les asignó viñedos y campos para cuidar.
Jeremías permanece en Judá
11El rey Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán, capitán de la guardia, que encontrara a Jeremías. 12«Asegúrate de que no esté herido —le dijo—, trátalo bien y dale todo lo que quiera». 13Así que Nabuzaradán, capitán de la guardia; Nabusazbán, un oficial principal; Nergal-sarezer, consejero del rey; y los demás oficiales del rey de Babilonia 14enviaron mensajeros para que sacaran a Jeremías de la prisión. Lo pusieron al cuidado de Gedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, quien lo llevó de regreso a su casa. Entonces Jeremías permaneció en Judá, entre su propio pueblo.
15El Señor le dio a Jeremías el siguiente mensaje cuando todavía estaba en prisión: 16«Dile a Ebed-melec el etíope: “Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ‘Cumpliré en esta ciudad todas mis amenazas; enviaré desastre y no prosperidad. Tú mismo verás su destrucción, 17pero te libraré de aquellos a quienes tanto temes.18Como has confiado en mí, te daré tu vida como recompensa; te rescataré y te mantendré seguro. ¡Yo, el Señor, he hablado!’”».

 

Jeremías 40

1El Señor le dio a Jeremías un mensaje después que Nabuzaradán, capitán de la guardia, lo dejó libre en Ramá. Este había encontrado a Jeremías atado con cadenas entre todos los demás cautivos de Jerusalén y de Judá que estaban siendo desterrados a Babilonia.
2El capitán de la guardia mandó llamar a Jeremías y le dijo: «El Señor tu Dios trajo desastre a esta tierra 3tal como dijo que haría, pues este pueblo ha pecado contra el Señor y lo desobedeció. Por eso ocurrió.4Ahora voy a quitarte estas cadenas y a dejarte libre. Si quieres venir conmigo a Babilonia, eres bienvenido. Me ocuparé de que seas tratado bien, pero si no quieres venir, puedes quedarte aquí. Toda la tierra está ante ti, puedes irte a donde quieras. 5Si decides quedarte, regresa a Gedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán. Él fue nombrado gobernador de Judá por el rey de Babilonia. Quédate allí con la gente que él gobierna, pero eso depende de ti. Puedes irte a donde quieras».
Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, le dio a Jeremías algo de comida y dinero y lo dejó ir. 6Entonces, Jeremías regresó a Gedalías, hijo de Ahicam, en Mizpa, y vivió en Judá con los pocos que se quedaron en la tierra.
Gedalías gobierna en Judá
7Los líderes de los grupos guerrilleros judíos que estaban en el campo oyeron que el rey de Babilonia había nombrado a Gedalías, hijo de Ahicam, gobernador sobre las personas pobres que fueron dejadas en Judá, es decir los hombres, las mujeres y los niños que no habían sido desterrados a Babilonia. 8Así que fueron a ver a Gedalías a Mizpa. El grupo incluía a: Ismael, hijo de Netanías; Johanán y Jonatán, hijos de Carea; Seraías, hijo de Tanhumet; los hijos de Efai el netofatita; Jezanías, hijo del maacateo, y todos sus hombres.
9Gedalías les juró que los babilonios no querían hacerles ningún daño. «No tengan miedo de servirles. Vivan en la tierra y sirvan al rey de Babilonia, y todo les irá bien —les prometió—. 10En cuanto a mí, permaneceré en Mizpa para representarlos a ustedes ante los babilonios cuando vengan a reunirse con nosotros. Establézcanse en las ciudades que han tomado y vivan de la tierra. Cosechen las uvas, los frutos de verano y los olivos, y almacénenlos».
11Cuando los judíos que se encontraban en Moab, Amón, Edom y en los otros países cercanos oyeron que el rey de Babilonia había dejado un puñado de gente en Judá y que Gedalías era el gobernador,12comenzaron a regresar a Judá de los lugares adonde habían huido. Se detuvieron en Mizpa para encontrarse con Gedalías y luego se fueron a los campos de Judá para recoger una gran cosecha de uvas y de otros cultivos.
Complot contra Gedalías
13Poco tiempo después, Johanán, hijo de Carea, y los otros líderes guerrilleros fueron a ver a Gedalías en Mizpa. 14Le dijeron: «¿Sabías que Baalis, rey de Amón, ha enviado a Ismael, hijo de Netanías, para asesinarte?», pero Gedalías se negó a creerles.
15Más adelante Johanán habló con Gedalías en privado y se ofreció para matar a Ismael en forma secreta.
—¿Por qué deberíamos permitir que venga y te mate? —preguntó Johanán—. ¿Qué les sucederá entonces a los judíos que regresaron? ¿Por qué los pocos que quedamos deberíamos terminar esparcidos y perdidos?
16Pero Gedalías le dijo a Johanán:
—Te prohíbo que hagas semejante cosa ya que mientes en cuanto a Ismael.

 

Jeremías 41

Asesinato de Gedalías
1Ahora bien, a mediados del otoño, Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisama, que era miembro de la familia real y que había sido uno de los altos funcionarios del rey, fue con diez hombres a Mizpa para encontrarse con Gedalías. Mientras comían juntos, 2Ismael y sus diez hombres de pronto se levantaron, desenvainaron sus espadas y mataron a Gedalías, a quien el rey de Babilonia había nombrado gobernador. 3Ismael también mató a todos los judíos y a los soldados babilónicos que estaban con Gedalías en Mizpa.
4Al día siguiente, antes de que alguien se enterara del asesinato de Gedalías, 5llegaron ochenta hombres de Siquem, de Silo y de Samaria para adorar en el templo del Señor. Venían con sus barbas afeitadas, con las ropas rasgadas y con cortaduras que se habían hecho en el cuerpo. También traían consigo incienso y ofrendas de grano. 6Entonces Ismael salió de Mizpa para ir a su encuentro e iba llorando por el camino. Cuando los alcanzó, les dijo: «¡Oh, vengan y vean lo que le ha sucedido a Gedalías!».
7En cuanto entraron a la ciudad, Ismael y sus hombres los mataron a todos, menos a diez, y echaron sus cuerpos en una cisterna. 8Los otros diez convencieron a Ismael que los dejara en libertad, con la promesa de traerle todo el trigo, la cebada, el aceite de oliva y la miel que habían escondido. 9La cisterna donde Ismael echó los cuerpos de los hombres que asesinó era grande, cavada por órdenes del rey Asa cuando fortificó Mizpa para protegerse de Baasa, rey de Israel. Así que, Ismael, hijo de Netanías, la llenó de cadáveres.
10Después Ismael capturó a las hijas del rey y al resto del pueblo que había quedado en Mizpa bajo el cuidado de Gedalías, quien había sido encargado por Nabuzaradán, capitán de la guardia. Los llevó consigo y comenzó el regreso a la tierra de Amón.
11Sin embargo, cuando Johanán, hijo de Carea, y los otros líderes guerrilleros se enteraron de los crímenes cometidos por Ismael, 12reunieron a todos sus hombres y salieron a detenerlo. Lo alcanzaron junto al estanque grande cerca de Gabaón.13La gente que Ismael había capturado gritó de alegría cuando vio a Johanán y a los otros líderes guerrilleros. 14Entonces todos los cautivos de Mizpa escaparon y empezaron a ayudar a Johanán. 15Mientras tanto, Ismael y ocho de sus hombres escaparon de Johanán y huyeron a la tierra de los amonitas.
16Entonces Johanán, hijo de Carea, y los otros líderes guerrilleros tomaron a toda la gente que habían liberado en Gabaón: los soldados, las mujeres, los niños y los funcionarios de la corte que Ismael había capturado después de matar a Gedalías. 17Los llevaron a todos a la aldea de Gerut-quimam cerca de Belén, donde hicieron preparativos para irse a Egipto 18porque tenían miedo de lo que harían los babilonios cuando se enteraran de que Ismael había matado a Gedalías, el gobernador designado por el rey babilónico.

 

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2ª Timoteo 1

Saludos de Pablo
1Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús escribo esta carta. Fui enviado para contarles a otros acerca de la vida que él ha prometido mediante la fe en Cristo Jesús.
2Le escribo a Timoteo, mi querido hijo.
Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te den gracia, misericordia y paz.
Animado a ser fiel
3Timoteo, doy gracias a Dios por ti, al mismo Dios que sirvo con la conciencia limpia tal como lo hicieron mis antepasados. Día y noche te recuerdo constantemente en mis oraciones.4Tengo muchos deseos de volver a verte porque no me olvido de tus lágrimas cuando nos separamos. Y me llenaré de alegría cuando estemos juntos otra vez.
5Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que primero estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe sigue firme en ti.6Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos. 7Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.
8Así que nunca te avergüences de contarles a otros acerca de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, aun cuando estoy preso por él. Con las fuerzas que Dios te da prepárate para sufrir conmigo a causa de la Buena Noticia. 9Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús;10y ahora todo esto él nos lo ha hecho evidente mediante la venida de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Destruyó el poder de la muerte e iluminó el camino a la vida y a la inmortalidad por medio de la Buena Noticia. 11Y Dios me eligió para que sea predicador, apóstol y maestro de esta Buena Noticia.
12Por eso estoy sufriendo aquí, en prisión; pero no me avergüenzo de ello, porque yo sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él es capaz de guardar lo que le he confiado hasta el día de su regreso.
13Aférrate al modelo de la sana enseñanza que aprendiste de mí, un modelo formado por la fe y el amor que tienes en Cristo Jesús. 14Mediante el poder del Espíritu Santo, quien vive en nosotros, guarda con sumo cuidado la preciosa verdad que se te confió.
15Como tú sabes, todos los de la provincia de Asia me abandonaron, incluso Figelo y Hermógenes.
16Que el Señor muestre una bondad especial con Onesíforo y toda su familia, porque él me visitó muchas veces y me dio ánimo. Jamás se avergonzó de que yo estuviera en cadenas. 17Cuando vino a Roma, me buscó por todas partes hasta que me encontró. 18Que el Señor le muestre una bondad especial el día que Cristo vuelva. Y tú bien sabes de cuánta ayuda fue en Éfeso.

 

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Salmo 89:1-13

Salmo de Etán el ezraíta.

1¡Siempre cantaré acerca del amor inagotable del Señor!

Jóvenes y ancianos oirán de tu fidelidad.

2Tu amor inagotable durará para siempre;

tu fidelidad es tan perdurable como los cielos.

3Dijo el Señor: «Hice un pacto con David, mi siervo escogido.

Le hice este juramento:

4“Estableceré a tus descendientes como reyes para siempre;

se sentarán en tu trono desde ahora y hasta la eternidad”».

Interludio

5Todo el cielo alabará tus grandes maravillas, Señor;

multitudes de ángeles te alabarán por tu fidelidad.

6Pues, ¿quién se compara con el Señor en todo el cielo?

¿Qué ángel poderosísimo se asemeja en algo al Señor?

7Los poderes angélicos más altos quedan en reverencia ante Dios con temor;

él es mucho más imponente que todos los que rodean su trono.

8¡Oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales!

¿Dónde hay alguien tan poderoso como tú, Señor?

Eres completamente fiel.

9Gobiernas los océanos;

dominas las olas embravecidas por la tormenta.

10Aplastas al gran monstruo marino;

dispersas a tus enemigos con tu brazo poderoso.

11Los cielos te pertenecen y la tierra también;

todo lo que hay en el mundo es tuyo; tú lo creaste todo.

12Creaste el norte y el sur;

el monte Tabor y el monte Hermón alaban tu nombre.

13¡Poderoso es tu brazo!

¡Fuerte es tu mano!

Tu mano derecha se levanta en alto con gloriosa fuerza.

 

 

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