15 de Abril

 

<

 

>

Josué 11:1 a 12:24
Lucas 17:11-37
Salmos 84
Proverbios 15

 

Josué 11:1...

Israel derrota a los ejércitos del norte

1Cuando el rey Jabín, de Hazor, oyó lo que había sucedido, envió un mensaje a los siguientes reyes: al rey Jobab, de Madón; al rey de Simrón; al rey de Acsaf; 2a todos los reyes de la zona montañosa del norte; a los reyes del valle del Jordán, al sur de Galilea; a los reyes de las colinas de Galilea; a los reyes de Nafot-dor, al occidente;3a los reyes de Canaán, tanto del oriente como del occidente; y a los reyes de los amorreos, de los hititas, de los ferezeos, de los jebuseos en la zona montañosa y de los heveos en las ciudades que están en las laderas del monte Hermón, en la tierra de Mizpa.
4Todos esos reyes salieron a pelear. Sus ejércitos unidos formaban una inmensa multitud. Y con todos sus caballos y carros de guerra cubrieron el terreno como la arena a la orilla del mar. 5Los reyes unieron sus fuerzas y establecieron su campamento alrededor de las aguas que están cerca de Merom para pelear contra Israel.
6Entonces el Señor le dijo a Josué: «No les tengas miedo. Mañana, a esta hora, los entregaré a todos muertos en manos de Israel. Después lisia sus caballos y quema sus carros de guerra».
7Así que Josué y todos sus hombres de guerra avanzaron hasta las aguas que están cerca de Merom y atacaron por sorpresa. 8Y el Señor les dio la victoria sobre sus enemigos. Los israelitas los persiguieron tan lejos como Gran Sidón y Misrefot-maim y, hacia el oriente, por el valle de Mizpa, hasta que no quedó ningún guerrero del enemigo con vida. 9Después Josué lisió los caballos y quemó todos los carros de guerra, tal como el Señor había indicado.
10Luego Josué regresó y tomó Hazor y mató a su rey. (Hazor había sido por un tiempo la capital de todos esos reinos). 11Los israelitas destruyeron por completo a todo ser viviente de la ciudad, sin dejar sobrevivientes. No se le perdonó la vida a nadie. Y después Josué quemó la ciudad.
12Josué masacró a todos los demás reyes y a sus pueblos, los destruyó por completo, tal como lo había ordenado Moisés, siervo del Señor. 13Pero los israelitas no quemaron ninguna de las ciudades construidas sobre collados salvo Hazor, la cual Josué quemó. 14Y los israelitas se quedaron con todo el botín y con los animales de las ciudades devastadas; pero mataron a toda la gente, sin dejar a nadie con vida. 15Tal como el Señor le había ordenado a su siervo Moisés, también Moisés le ordenó a Josué. Y Josué hizo lo que se le indicó, obedeció cuidadosamente todos los mandatos que el Señor le había dado a Moisés.
16Así que Josué conquistó toda la región: la zona montañosa, todo el Neguev, toda el área que rodea la ciudad de Gosén, las colinas occidentales, el valle del Jordán, los montes de Israel y las colinas de Galilea. 17El territorio israelita ahora se extendía desde el monte Halac, que se eleva hacia Seir, al sur, hasta Baal-gad, al pie del monte Hermón, en el valle del Líbano, al norte. Josué mató a todos los reyes de esos territorios, 18después de hacer guerra por mucho tiempo para lograrlo. 19Ninguno de esa región hizo la paz con los israelitas salvo los heveos de Gabaón. Todos los demás fueron derrotados, 20porque el Señor les endureció el corazón y los hizo pelear contra los israelitas. Así que fueron totalmente destruidos sin compasión, tal como el Señor le había ordenado a Moisés.
21Durante ese período, Josué destruyó a todos los descendientes de Anac, quienes vivían en la zona montañosa de Hebrón, Debir, Anab y en toda la región montañosa de Judá e Israel. Los mató a todos y destruyó sus ciudades por completo. 22No quedó ningún descendiente de Anac en la tierra de Israel, aunque algunos todavía permanecían en Gaza, Gat y Asdod.
23Así que Josué tomó control de todo el territorio, tal como el Señor le había indicado a Moisés. Le dio la tierra al pueblo de Israel como su preciada posesión y repartió el territorio entre las tribus. Entonces por fin la tierra descansó de la guerra.
 

Josué 12:1-24

Reyes derrotados al oriente del Jordán

1Estos son los reyes del oriente del río Jordán a quienes los israelitas mataron y les quitaron sus tierras. El territorio de esos reyes se extendía desde el valle del Arnón hasta el monte Hermón y abarcaba toda la tierra situada al oriente del valle del Jordán.
2Derrotaron a Sehón, rey de los amorreos, quien vivía en Hesbón. Su reino incluía Aroer, en el límite del valle del Arnón, y se extendía desde la mitad del valle del Arnón hasta el río Jaboc, el cual sirve de frontera con los amonitas. Ese territorio incluía la mitad sur del territorio de Galaad. 3Sehón también controlaba el valle del Jordán y algunas regiones al oriente, desde el mar de Galilea al norte, hasta el mar Muerto en el sur, incluso la ruta a Bet-jesimot y, más al sur, hasta las laderas del Pisgá.
4El rey Og, de Basán —el último de los refaítas— vivía en Astarot y Edrei. 5Gobernaba un territorio que se extendía por el norte desde el monte Hermón hasta Salca, por el oriente a todo Basán y hacia el occidente hasta la frontera con los reinos de Gesur y Maaca. Ese territorio incluía la mitad norte de Galaad tan lejos como la frontera con el rey Sehón, de Hesbón.
6Moisés, siervo del Señor, y los israelitas habían destruido al pueblo del rey Sehón y al del rey Og. Moisés entregó esas tierras como posesión a la tribu de Rubén, a la tribu de Gad y a la media tribu de Manasés.

Reyes derrotados al occidente del Jordán

7La siguiente es una lista de los reyes que Josué y los ejércitos israelitas derrotaron al occidente del Jordán, desde Baal-gad, en el valle del Líbano, hasta el monte Halac, que sube hacia Seir. (Josué les dio esa tierra como posesión a las tribus de Israel, 8la cual abarcaba la zona montañosa, las colinas occidentales, el valle del Jordán, las laderas de las montañas, el desierto de Judá y el Neguev. Los pueblos que vivían en esa región eran los hititas, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos). Estos son los reyes que Israel derrotó:
9el rey de Jericó,
el rey de Hai, cerca de Betel,
10el rey de Jerusalén,
el rey de Hebrón,
11el rey de Jarmut,
el rey de Laquis,
12el rey de Eglón,
el rey de Gezer,
13el rey de Debir,
el rey de Geder,
14el rey de Horma,
el rey de Arad,
15el rey de Libna,
el rey de Adulam,
16el rey de Maceda,
el rey de Betel,
17el rey de Tapúa,
el rey de Hefer,
18el rey de Afec,
el rey de Sarón,
19el rey de Madón,
el rey de Hazor,
20el rey de Simron-merón,
el rey de Acsaf,
21el rey de Taanac,
el rey de Meguido,
22el rey de Cedes,
el rey de Jocneam (en el Carmelo),
23el rey de Dor (en la ciudad de Nafot-dor),
el rey de Goyim (en Gilgal) y
24el rey de Tirsa.
En total, los israelitas derrotaron a treinta y un reyes.

IR ARRIBA

Lucas 17:11-37

Diez leprosos son sanados

11Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. 12Al entrar en una aldea, diez leprosos se quedaron a la distancia, 13gritando:
—¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros!
14Jesús los miró y dijo:
—Vayan y preséntense a los sacerdotes.
Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra.
15Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!». 16Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano.
17Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? 18¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?». 19Y Jesús le dijo al hombre: «Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado».

La venida del reino

20Un día, los fariseos le preguntaron a Jesús:
—¿Cuándo vendrá el reino de Dios?
Jesús contestó:
—No pueden descubrir el reino de Dios por medio de señales visibles. 21Nunca podrán decir: “¡Aquí está!” o “¡Está por allí!”, porque el reino de Dios ya está entre ustedes.
22Entonces dijo a sus discípulos: «Se acerca el tiempo en que desearán ver el día que el Hijo del Hombre regrese,pero no lo verán. 23Algunos les dirán: “Miren, allí está el Hijo del Hombre” o “Aquí está”, pero no los sigan. 24Pues, así como el relámpago destella e ilumina el cielo de un extremo a otro, así será el día cuando venga el Hijo del Hombre. 25Pero primero el Hijo del Hombre tiene que sufrir terriblemente y ser rechazado por esta generación.
26»Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé. 27En esos días, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco y llegó el diluvio y los destruyó a todos.
28»El mundo será como en los días de Lot, cuando las personas se ocupaban de sus quehaceres diarios —comían y bebían, compraban y vendían, cultivaban y edificaban— 29hasta la mañana en que Lot salió de Sodoma. Entonces llovió del cielo fuego y azufre ardiente, y destruyó a todos. 30Sí, será “todo como siempre” hasta el día en que se manifieste el Hijo del Hombre. 31Ese día, la persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar. La persona que esté en el campo no regrese a su casa. 32¡Recuerden lo que le pasó a la esposa de Lot!33Si se aferran a su vida, la perderán; pero si dejan de aferrarse a su vida, la salvarán. 34Esa noche, dos personas estarán durmiendo en una misma cama; una será llevada y la otra, dejada. 35Dos mujeres estarán moliendo harina juntas en un molino; una será llevada, la otra será dejada».
37Los discípulos le preguntaron:
—¿Dónde sucederá eso, Señor?
Jesús les contestó:
—Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.
 

IR ARRIBA

Salmo 84

Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré; acompáñese con instrumento de cuerda.

1¡Qué bella es tu morada,

oh Señor de los Ejércitos Celestiales!

2Anhelo y hasta desfallezco de deseo

por entrar en los atrios del Señor.

Con todo mi ser, mi cuerpo y mi alma,

gritaré con alegría al Dios viviente.

3Hasta el gorrión encuentra un hogar

y la golondrina construye su nido y cría a sus polluelos

cerca de tu altar,

¡oh Señor de los Ejércitos Celestiales, mi Rey y mi Dios!

4¡Qué alegría para los que pueden vivir en tu casa

cantando siempre tus alabanzas!

Interludio

5¡Qué alegría para los que reciben su fuerza del Señor,

los que se proponen caminar hasta Jerusalén!

6Cuando anden por el Valle del Llanto,

se convertirá en un lugar de manantiales refrescantes;

las lluvias de otoño lo cubrirán de bendiciones.

7Ellos se harán cada vez más fuertes,

y cada uno se presentará delante de Dios en Jerusalén.

8Oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales, oye mi oración;

escucha, oh Dios de Jacob.

Interludio

9¡Oh Dios, mira con favor al rey, nuestro escudo!

Muestra bondad a quien has ungido.

10Un solo día en tus atrios,

¡es mejor que mil en cualquier otro lugar!

Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios

que vivir la buena vida en la casa de los perversos.

11Pues el Señor Dios es nuestro sol y nuestro escudo;

él nos da gracia y gloria.

El Señor no negará ningún bien

a quienes hacen lo que es correcto.

12Oh Señor de los Ejércitos Celestiales,

¡qué alegría tienen los que confían en ti!

 

IR ARRIBA

 

 

 

>

 

 

Iglesia Cristiana Centro de Restauración · ICCR · Florencio Varela · Argentina · +54 (011) 4287 4106 · contacto@iglesiarestauracion.com.ar