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Devocional 15/04
Lectura del día
 

 

Todo el mundo, no importa cuán pequeño o insignificante sea, puede ser incluido en la casa de Dios. ¿Podés imaginar a Dios preocupado por si hay lugar en su casa para recibir a alguien? La casa de Dios es grande y amplia. Tiene capacidad para cualquier persona que quiera venir bajo Su sombra y comer de su mesa. ¡Y la tarifa en la casa de Dios es una delicia!

El Salmo 84 dice que la gente en la casa de Dios está siempre alabándolo (v.4). Ellos están siempre llenos de fuerza (v.7), mostrando una fresca energía como un árbol plantado junto a las aguas. Sus oraciones siempre son escuchadas (v.8), ya que están tan cerca de él que la oración es tan natural como respirar. Por otra parte, sus necesidades siempre se suplen (v.11).

Lucas 17:15-16 nos dice cómo el humilde leproso samaritano encontró un lugar en la casa de Dios. Siendo extranjero, no se le permitía entrar en el templo terrenal y mostrarse al sacerdote. En su lugar, él encontró un lugar aún mejor a los pies de Jesús, el gran sacerdote de la casa de Dios.

Vení y habitá en los atrios del Señor. La puerta está abierta, y siempre habrá un lugar para vos.

104 días pasaron. Tenés 261 por delante para disfrutar de Su presencia.

 

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