Devocional 29/11
Lectura del día
 

 

La última instancia de la liberación sobrenatural de Daniel es tal vez la más instructiva. En todo lo que hacía, Daniel estaba por encima de cualquier reproche. Era digno de confianza, incorruptible, y honesto. Su estilo de vida, sus decisiones, sus buenas costumbres, su honestidad y ética de trabajo eran incomparables.

Cuando la persecución extrema vino sobre Daniel, fue a causa de su justicia, y no debido a alguna falla en la forma en que condujo su vida. Esta pureza se convirtió en su confianza en el tiempo de angustia. En la noche oscura del foso de los leones, el ángel del Señor estaba con Daniel. "Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, a fin de que no me hicieran daño, porque fui declarado inocente ante Dios..." (Daniel 6:22).

Tu integridad es tu escudo. Pedro dijo: "...hagan todo lo posible para que se vea que ustedes llevan una vida pacífica que es pura e intachable a los ojos de Dios." (2 Pedro 3:14). Si vas a trabajar en la parte de "pura e intachable", Dios va a trabajar en la parte de "¡liberarte!"

Cuando el enemigo parece tener la sartén por el mango, buscá en tu corazón. Si es inocente y puro ante Dios, podés proclamar con el salmista: "Los que no respetan la ley vienen a atacarme; viven alejados de tus enseñanzas. Pero tú estás cerca, oh Señor, y todos tus mandatos son ciertos." (Salmo 119:150-151).

 

332 días pasaron. ¡Quedan solo 33!

 

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