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Daniel y sus amigos eran hombres íntegros. Capturados por los
ejércitos de Nabucodonosor de Babilonia, a Daniel y otros tres de la
familia real de Judá, se les ordenó vivir en el palacio del rey por
un periodo de formación de tres años. Al principio decidieron no
contaminarse con la comida del rey y el vino ofrecido por sus
sirvientes (Daniel 1:8).
Todo acerca de estos jóvenes dio testimonio de la buena y sana
voluntad de Dios en sus vidas. Luego llegó el momento de ser
probados.
Satanás hizo todo lo posible para destruirlos y a su influencia con
el rey. Parecía que su destino estaba sellado hasta que Daniel habló
con el capitán de la guardia con "sabiduría y discreción" (2:14).
Sus palabras sabias les ganaron a él y sus amigos un aplazamiento de
la ejecución. Más tarde esa noche el Señor le reveló a Daniel el
inquietante sueño del rey. Como resultado, en lugar de ser
torturados, ¡Daniel y sus amigos fueron promovidos!
Cuando estás bajo persecución, tené la certeza de que estés
siguiendo la buena voluntad de Dios con todo tu corazón. Él te dará
el favor que necesitás con quien sea responsable. "Los ojos del
Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos
a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo
malo" (1 Pedro 3:12).
328 días pasaron. ¡Quedan solo 37!
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