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Ezequiel tuvo una visión de un río que fluye hacia el este desde el
umbral del templo. El río mide distintas profundidades, y podemos
usar esta analogía para examinar el nivel de nuestra relación con
Dios.
En primer lugar, podemos estar chapoteando en el agua poco profunda
"hasta los tobillos" con Dios. Nuestra meta puede ser sólo seguir a
la multitud y pasar un buen rato, el tiempo que dure.
Con suerte, decidimos aventurarnos más lejos en el río y entrar en
el agua "hasta las rodillas". Esto consigue que participemos en la
iglesia local a través de asistencia regular, la oración y la
comunión.
En tercer lugar, es posible que nos atrevamos a meternos más en el
río. El agua "hasta la cintura" involucra áreas como el compromiso,
estudio de la Biblia, la oración personal y la disciplina de
carácter.
La última área es el agua suficientemente profunda para nadar. Ahora
llegamos a la zona de liderazgo y cumplimiento del llamado de Dios.
Esta es el área de la fe, de la zona donde nos encontramos con el
agua "sobre nuestras cabezas", y dependemos totalmente de Dios.
Algunos pueden sentirse satisfechos simplemente con chapotear en el
río de Dios, pero nunca estarás verdaderamente satisfecho hasta
cumplir tu propósito.
¡Buceá en Dios! ¡El agua está muy buena!
327 días pasaron. ¡Quedan solo 38!
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