|
Pablo desafió a los que aman al Señor a no ser "arrogante o
irascible... un bebedor empedernido, violento o ávidos de dinero..."
(Tito 1: 7). Él esperaba que los que amaban a Dios vivieran vidas
ejemplares.
El desafío a controlar las malas emociones, apetitos, y la codicia
no es una tarea fácil. Para servir en posición de anciano, una
persona debe "recibir huéspedes en su casa con agrado y amar lo
que es bueno. Debe vivir sabiamente y ser justo. Tiene que llevar
una vida de devoción y disciplina." (v. 8). La vida y el
carácter de las personas piadosas deben demostrar que odian el mal y
se comprometen a hacer cuanto esté en su poder para quitarlo de sus
vidas.
Lo contrario de tal persona es la que tolera el mal. "Pues hay
muchos rebeldes que participan en conversaciones inútiles y engañan
a otros." (v. 10). Este tipo de personas enseñan una doctrina
equivocada, aman el dinero, la mentira, y llevan a otros lejos de la
verdad (vv. 11-13). Toleran tanto el mal que "tienen la mente y
la conciencia corrompidas" (v. 15).
Estos dos tipos de personas representan dos caminos diferentes de
vida. Si tenés la intención de ver a Dios un día, recordá que "La
rectitud y la justicia son el cimiento de su trono." (Salmo 97:2).
Seguí el camino hacia arriba, hacia Dios, "Él protege la vida de sus
justos y los rescata del poder de los perversos." (v. 10).
298 días pasaron! Solo quedan 67.
|