"Entonces el profeta Jeremías le dijo a Hananías: «¡Escucha, Hananías! El Señor no te ha enviado, pero el pueblo cree tus mentiras. Por lo tanto, esto dice el Señor: “Debes morir. Tu vida terminará este mismo año porque te rebelaste contra el Señor”». (Jeremías 28:15-16)

Estas palabras aleccionadoras fueron entregadas a un falso profeta llamado Ananías, que había profetizado que el pueblo judío sería devuelto de Babilonia en un lapso de dos años.

Esta profecía contradice la clara enseñanza de Jeremías que estarían cautivos en Babilonia durante setenta años, no dos.

Satanás siempre ha tenido sus profetas que se ven bien y suenan bien. Son como Himeneo y Alejandro, que naufragaron su propia fe al enseñar que la resurrección ya había pasado (1 Timoteo 1:19-20).

La falsa doctrina se abre camino en las iglesias, así como en las personas. Se engaña y se aleja de la fe y la buena conciencia. Toda verdadera enseñanza producirá "el amor que brota de un corazón puro, de una conciencia limpia y de una fe sincera" (1 Timoteo 1:5).

Juzgá toda enseñanza. La enseñanza puede verse bien y sonar bien, pero ¿conduce a acciones piadosas? ¿Lleva a la gente lejos de "hablar insensateces" (v 6) y hace que se enfoquen en salvar a los pecadores?

Mantené tu barco doctrinal por el centro del río. Tené cuidado con las líneas de la playa, no importa qué tan atractivas parezcan. Las rocas de destrucción acechan bajo la superficie!

288 días pasaron! Solo quedan 77.