El que nos recuerda en nuestros tiempos de problemas también recordó
a Elías y Pedro en sus puntos más bajos. Elías sufría de agotamiento
después de luchar la batalla victoriosa en el monte Carmelo (1 Reyes
19:4), pero el ángel del Señor vino y lo fortaleció. Dios le dio una
nueva visión y dirección para su vida. Pedro, también en una
situación desesperada, tuvo una visitación angelical y fue rescatado
de la cárcel la noche antes que iba a ser ejecutado.
Podés aprender de estos ejemplos que Dios te tiene en cuenta en los
momentos de fragilidad humana, cuando estés desgastado en mente,
cuerpo y espíritu por la fatiga de la guerra espiritual. Cuando
estés en el final de la cuerda, atá un nudo y aguantá. ¡La ayuda
está en camino!
Dios recibe la mayor gloria cuando sus siervos llegan al final de
sus recursos y sólo pueden mirar hacia arriba. Pedile que te
fortalezca hoy en tu debilidad, porque su amor verdadero permanece
para siempre.
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