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18 de Junio

 

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1 Reyes 19
Hechos 12:1-23
Salmo 136
Proverbios 18

 

1 Reyes 19

Elías huye a Sinaí
1Cuando Acab llegó a su casa, le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, incluso la manera en que había matado a todos los profetas de Baal. 2Entonces Jezabel le mandó este mensaje a Elías: «Que los dioses me hieran e incluso me maten si mañana a esta hora yo no te he matado, así como tú los mataste a ellos».
3Elías tuvo miedo y huyó para salvar su vida. Se fue a Beerseba, una ciudad de Judá, y dejó allí a su sirviente. 4Luego siguió solo todo el día hasta llegar al desierto. Se sentó bajo un solitario árbol de retama y pidió morirse: «Basta ya, Señor; quítame la vida, porque no soy mejor que mis antepasados que ya murieron».
5Entonces se acostó y durmió debajo del árbol. Mientras dormía, un ángel lo tocó y le dijo: «¡Levántate y come!». 6Elías miró a su alrededor, y cerca de su cabeza había un poco de pan horneado sobre piedras calientes y un jarro de agua. Así que comió y bebió, y volvió a acostarse.
7Entonces el ángel del Señor regresó, lo tocó y le dijo: «Levántate y come un poco más, de lo contrario, el viaje que tienes por delante será demasiado para ti».
8Entonces se levantó, comió y bebió, y la comida le dio fuerza suficiente para viajar durante cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al monte Sinaí, la montaña de Dios. 9Allí llegó a una cueva, donde pasó la noche.
El Señorle habla a Elías
Entonces el Señor le dijo a Elías:
—¿Qué haces aquí, Elías?
10—He servido con gran celo al Señor Dios Todopoderoso —respondió Elías—; pero el pueblo de Israel ha roto su pacto contigo, derribó tus altares y mató a cada uno de tus profetas. Yo soy el único que queda con vida, y ahora me buscan para matarme a mí también.
11El Señor le dijo:
—Sal y ponte de pie delante de mí, en la montaña.
Mientras Elías estaba de pie allí, el Señor pasó, y un viento fuerte e impetuoso azotó la montaña. La ráfaga fue tan tremenda que las rocas se aflojaron, pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto. 12Pasado el terremoto hubo un incendio, pero el Señor no estaba en el incendio. Y después del incendio hubo un suave susurro. 13Cuando Elías lo oyó, se cubrió la cara con su manto, salió y se paró a la entrada de la cueva.
Entonces una voz le dijo:
—¿Qué haces aquí, Elías?
14Él volvió a responder:
—He servido con gran celo al Señor Dios Todopoderoso; pero el pueblo de Israel ha roto su pacto contigo, derribó tus altares y mató a cada uno de tus profetas. Yo soy el único que queda con vida, y ahora me buscan para matarme a mí también.
15Entonces el Señor le dijo:
—Regresa por el mismo camino que viniste y sigue hasta el desierto de Damasco. Cuando llegues allí, unge a Hazael para que sea rey de Aram. 16Después unge a Jehú, nieto de Nimsi, para que sea rey de Israel; y unge a Eliseo, hijo de Safat, de la tierra de Abel-mehola, para que tome tu lugar como mi profeta. 17¡A cualquiera que escape de Hazael, Jehú lo matará; y a los que escapen de Jehú, Eliseo los matará! 18Sin embargo, preservaré a otros siete mil en Israel, ¡quienes nunca se han inclinado ante Baal ni lo han besado!
Llamado de Eliseo
19Entonces Elías fue y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando un campo. Había doce pares de bueyes en el campo, y Eliseo araba con el último par. Elías se acercó a él, le echó su manto sobre los hombros y siguió caminando.20Eliseo dejó los bueyes donde estaban, salió corriendo detrás de Elías y le dijo:
—Deje que primero me despida de mis padres con un beso y luego iré con usted.
Elías respondió:
—Regresa, pero piensa en lo que te hice.
21Entonces Eliseo regresó a donde estaban sus bueyes y los mató. Con la madera del arado hizo una fogata para asar la carne. Repartió la carne asada entre la gente del pueblo, y todos comieron. Después se fue con Elías como su ayudante.

 

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Hechos 12:1-23

Asesinato de Santiago y encarcelamiento de Pedro
1Por ese tiempo, el rey Herodes Agripacomenzó a perseguir a algunos creyentes de la iglesia. 2Mandó matar a espada al apóstol Santiago (hermano de Juan). 3Cuando Herodes vio cuánto esto le agradó al pueblo judío, también arrestó a Pedro. (Eso sucedió durante la celebración de la Pascua).4Después lo metió en la cárcel y lo puso bajo la vigilancia de cuatro escuadrones de cuatro soldados cada uno. Herodes tenía pensado llevar a Pedro a juicio público después de la Pascua. 5Pero, mientras Pedro estaba en la cárcel, la iglesia oraba fervientemente por él.
Pedro escapa milagrosamente de la cárcel
6La noche antes de ser sometido a juicio, Pedro dormía sujetado con dos cadenas entre dos soldados. Otros hacían guardia junto a la puerta de la prisión. 7De repente, una luz intensa iluminó la celda y un ángel del Señor se puso frente a Pedro. El ángel lo golpeó en el costado para despertarlo y le dijo: «¡Rápido! ¡Levántate!». Y las cadenas cayeron de sus muñecas. 8Después, el ángel le dijo: «Vístete y ponte tus sandalias». Pedro lo hizo, y el ángel le ordenó: «Ahora ponte tu abrigo y sígueme».
9Así que Pedro salió de la celda y siguió al ángel, pero todo el tiempo pensaba que era una visión; no se daba cuenta de que en verdad eso estaba sucediendo. 10Pasaron el primer puesto de guardia y luego el segundo y llegaron a la puerta de hierro que lleva a la ciudad, y esta puerta se abrió por sí sola frente a ellos. De esta manera cruzaron la puerta y empezaron a caminar por la calle, y de pronto el ángel lo dejó.
11Finalmente Pedro volvió en sí. «¡De veras es cierto! —dijo—. ¡El Señor envió a su ángel y me salvó de Herodes y de lo que los líderes judíos tenían pensado hacerme!».
12Cuando se dio cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos, donde muchos se habían reunido para orar. 13Tocó a la puerta de entrada, y una sirvienta llamada Rode fue a abrir. 14Cuando ella reconoció la voz de Pedro, se alegró tanto que, en lugar de abrir la puerta, corrió hacia adentro y les dijo a todos:
—¡Pedro está a la puerta!
15—¡Estás loca! —le dijeron.
Como ella insistía, llegaron a la conclusión: «Debe ser su ángel».
16Mientras tanto, Pedro seguía tocando. Cuando por fin abrieron la puerta y lo vieron, quedaron asombrados. 17Él les hizo señas para que se callaran y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. «Díganles a Santiago y a los demás hermanos lo que pasó», dijo. Y después se fue a otro lugar.
18Al amanecer, hubo un gran alboroto entre los soldados por lo que había sucedido con Pedro.19Herodes Agripa ordenó que se hiciera una búsqueda exhaustiva para encontrar a Pedro. Como no pudieron encontrarlo, Herodes interrogó a los guardias y luego los condenó a muerte. Después Herodes se fue de Judea para quedarse en Cesarea por un tiempo.
Muerte de Herodes Agripa
20Ahora bien, Herodes estaba muy enojado con los habitantes de Tiro y de Sidón. Entonces ellos enviaron una delegación para que hiciera las paces con él, porque sus ciudades dependían del país de Herodes para obtener alimento. Los delegados se ganaron el apoyo de Blasto, el asistente personal de Herodes,21y así se les concedió una cita con Herodes. Cuando llegó el día, Herodes se puso sus vestiduras reales, se sentó en su trono y les dio un discurso. 22El pueblo le dio una gran ovación, gritando: «¡Es la voz de un dios, no la de un hombre!».
23Al instante, un ángel del Señor hirió a Herodes con una enfermedad, porque él aceptó la adoración de la gente en lugar de darle la gloria a Dios. Así que murió carcomido por gusanos.

 

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Salmo 136

1¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
Su fiel amor perdura para siempre.
2Den gracias al Dios de dioses.
Su fiel amor perdura para siempre.
3Den gracias al Señor de señores.
Su fiel amor perdura para siempre.
4Den gracias al único que puede hacer milagros poderosos.
Su fiel amor perdura para siempre.
5Den gracias al que hizo los cielos con tanta habilidad.
Su fiel amor perdura para siempre.
6Den gracias al que ubicó la tierra en medio de las aguas.
Su fiel amor perdura para siempre.
7Den gracias al que hizo las lumbreras celestiales:
Su fiel amor perdura para siempre.
8el sol para que gobierne de día,
Su fiel amor perdura para siempre.
9y la luna y las estrellas para que gobiernen de noche.
Su fiel amor perdura para siempre.
10Den gracias al que mató a los hijos mayores de Egipto.
Su fiel amor perdura para siempre.
11Él sacó a Israel de Egipto.
Su fiel amor perdura para siempre.
12Actuó con mano fuerte y brazo poderoso.
Su fiel amor perdura para siempre.
13Den gracias al que separó las aguas del mar Rojo.
Su fiel amor perdura para siempre.
14Hizo cruzar a salvo a Israel.
Su fiel amor perdura para siempre.
15Pero arrojó al mar Rojo al faraón y a su ejército.
Su fiel amor perdura para siempre.
16Den gracias al que guió a su pueblo por el desierto.
Su fiel amor perdura para siempre.
17Den gracias al que hirió de muerte a reyes poderosos.
Su fiel amor perdura para siempre.
18Mató a reyes poderosos:
Su fiel amor perdura para siempre.
19a Sehón, rey de los amorreos,
Su fiel amor perdura para siempre.
20y a Og, rey de Basán.
Su fiel amor perdura para siempre.
21Dios entregó las tierras de estos reyes como herencia:
Su fiel amor perdura para siempre.
22como preciada posesión a su siervo Israel.
Su fiel amor perdura para siempre.
23Él se acordó de nosotros en nuestras debilidades.
Su fiel amor perdura para siempre.
24Nos salvó de nuestros enemigos.
Su fiel amor perdura para siempre.
25Él provee alimento a todo ser viviente.
Su fiel amor perdura para siempre.
26Den gracias al Dios del cielo.
Su fiel amor perdura para siempre.

 

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