El templo de Salomón era magnífico si consideramos el bronce,
la plata y el oro contenidos en él. Durante siete años, los hombres
construyeron el templo a mano, sin consideraciones de presupuesto y
una fuente ilimitada de materiales de construcción. Esta casa fue el
más magnífico edificio creado jamás por ningún ser humano, ni antes
ni después.
Pero a pesar de toda la belleza y la grandeza de la casa de Salomón, "..., el Altísimo no vive en templos hechos por manos humanas..."
(Hechos 7:48). Pensar que Dios estaría atado a cualquier edificio,
templo, denominación, o cultura es ridículo! No estamos construyendo
un templo terrenal de Dios, sino un templo espiritual. Dios ha
elegido vivir en los corazones humanos, y el templo que estamos
construyendo está hecho de piedras vivas (1 Pedro 2:5), creyentes de
toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Alguien una vez dijo en una historia acerca de tres hombres que
estaban trabajando lado a lado colocando ladrillos. Cuando se
preguntó: "¿Qué estás haciendo?" uno respondió: "Colocando
ladrillos". Otro respondió: "Levantando una pared". El último
respondió: "Construyendo una gran catedral."
Señor, danos la visión espiritual para ver que estamos construyendo
el mayor templo en el universo: la Iglesia de Jesucristo!
160 días pasaron... 205 restan
|