Cuando Jesús preguntó a Felipe y Andrés qué debían hacer con la
multitud hambrienta hubo diferencias obvias en sus respuestas. La
pregunta de Jesús era más que una prueba de fe.
Felipe vio los hechos. Toda su perspectiva era intelectual y
negativa, sin tener en cuenta la visión espiritual.
Cualquiera puede ensayar los hechos ante Dios, pero los hechos no
son importantes para Él,
¡Él hizo los hechos!
Al igual que Felipe, los israelitas pusieron a prueba la paciencia
de Dios durante su viaje por el desierto. (Salmo 106:14) Ellos sólo
podían ver los hechos: no hay comida, no hay agua, y nada de carne.
Pero Jesús estuvo allí todo el tiempo, dispuesto a proveer para
cualquier necesidad que tuvieran.
Andrés, por otro lado, vio la visión. Tenía una perspectiva
espiritual y positiva que permitió que Dios hiciera milagros.
Jesús está con vos en el desierto, y vos, como Andrés, podés creer
en Él para recibir el milagro.
Él ya sabe las maravillas que quiere llevar a cabo en tu Vida.
¿Vas a ser un discípulo de Felipe o de Andrés?
128 pasaron, restan 237 para tomar decisiones correctas!
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