"¿Quién me protegerá de los perversos? ¿Quién me defenderá de los
malvados?" Esta es una pregunta sencilla, pero Dios realmente lleva
tiempo buscando un solo hombre que sea el primero en tomar posición
contra el mal y la injusticia.
Débora esperó que Barac tuviera el coraje para levantarse contra la
opresión del mal de Jabín y Sísara (Jueces 4). A menudo clamamos a
Dios que nos libre de los enemigos, pero Dios espera que nos
levantemos y nos involucremos en la guerra espiritual.
Débora bendijo a los que tomaron la iniciativa y voluntariamente se
ofrecieron (5:2). En ese momento crucial en que Dios estaba
entregando a su enemigo en sus manos, algunos, como los hijos de
Rubén, dieron un paso atrás. Como ellos estaban muy interesados en
sus ovejas, fueron muy indecisos. Todo lo que tenían era "grandes
propósitos del corazón" (5:16 RV), pero ninguna acción.
Es fácil permanecer sentados en nuestra zona de comodidad y analizar
por qué debemos dejar que otra persona luche las batallas del Señor.
Hoy es el día que Dios derrotará a nuestros enemigos. ¿Quién de
nosotros subirá primero?
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