Jesús vio venir una escena terrible a Jerusalén en un futuro no muy lejano. Vio las legiones romanas invadiendo Jerusalén y destruyéndola completamente en el año 70 DC.
Josefo, el historiador judío, informó que más de un millón de Judíos murieron durante esta invasión, miles de ellos por crucifixión fuera de Jerusalén. La ciudad fue tan arrasada que un arado fue empujado a lo largo de ella de lado a lado.

David también predijo este horrible acontecimiento: "Has revocado el pacto con tu siervo; has arrastrado por los suelos su corona. Has derribado todas sus murallas y dejado en ruinas sus fortalezas." (Salmo 89:39-40). El precio por rechazar la verdad es alto, y la historia, por desgracia, está sembrada con los restos de civilizaciones que hicieron precisamente eso.

Josué dijo a los israelitas que si dejaban al Señor, Él se volvería contra ellos, trayendo el mal sobre ellos, y acabándolos (Josué 24:20).
Dios da un tiempo y oportunidad de arrepentirse, pero luego, como un alfarero modelando su jarrón, Él destruye el vaso y hace otro.

Debés decidir ser como Josué, quien dijo: "Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor" (Josué 24:15). ¡La historia demostrará que hiciste lo correcto!

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