Aunque los israelitas habían obtenido la victoria, todavía les tomó
mucho tiempo someter a sus enemigos. "Poco a poco" y "palmo a palmo"
es la regla para ganar el territorio que se te prometió.
A veces, tu progreso puede ser muy lento, pero hay que luchar porque
todos los enemigos que dejes permanecer en tu territorio se
convertirán en "una red y una trampa para ustedes, como un látigo en
la espalda y como zarzas con espinas en los ojos" (Josué 23:13).
Cristo mismo está ahora sentado a la diestra de Dios hasta que Él
ponga a tus enemigos por estrado de tus pies (Lucas 20:43). Aunque
la batalla puede ser larga, se te asegura una victoria al final:
"Cada uno de ustedes hará huir a mil hombres del enemigo, porque el
Señor su Dios pelea por ustedes tal como lo prometió." (Josué
23:10). Luchá hasta que todas las promesas de Dios se hagan
realidad, pues sin duda el enemigo que compite con vos está tratando
de resistirse a la Palabra de Dios. La promesa en el Salmo 89:23 es
clara: "Aplastaré a sus adversarios frente a él y destruiré a los
que lo odian."
En medio de la larga batalla, recordá que tu carácter se está
transformando. "considérense muy dichosos cuando tengan que
enfrentarse con diversas pruebas" ... tu paciencia está creciendo
(Santiago 1:2 NVI)!
110 días pasaron ya. Pero todavía quedan 255 para alcanzar la
victoria!
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