Caleb era un hombre de propósito implacable. Sus ojos habían visto
un monte, y Moisés le había dado una promesa. A pesar de que ahora
tenía ochenta y cinco años, su determinación y deseo de poseer la
promesa no había disminuido. Él dijo a Josué: "Así que dame la zona
montañosa que el Señor me prometió." (Josué 14:12). Entonces este
anciano hombre de fe se fue con prontitud y echó fuera a los
gigantes que vivían allí!
Cuarenta y cinco años de espera no hicieron nada para acobardar los
propósitos de este hombre en Dios. ¿Cuántas veces "damos vueltas" y
luego decidimos que no es la voluntad de Dios para con nosotros
recibir lo que necesitamos?
En muchos casos registrados en la Biblia, la gente de fe tenían que
perseverar con el fin de recibir la promesa. Por ejemplo, Elías oró
siete veces antes de ver la nube de lluvia, y Josué marchó siete
días hasta que los muros de Jericó cayeron.
En la parábola de la viuda inoportuna (Lucas 18:5), Jesús enseñó la
importancia de la persistencia. Si un juez injusto eventualmente
accede a la solicitud de una viuda persistente, ¿cuánto más un Dios
compasivo contestará las oraciones de Sus fieles?
Perseguí tu sueño. Y hasta que el sueño se cumpla, seguí
proclamando: "Dame este monte!"
105 días pasaron. Quedan 260 para reclamar y tomar la tierra
prometida...
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