Satanás forma alianzas con aquellos que desean: "¡Vamos a
apoderarnos de estos pastizales de Dios y a usarlos para nuestro
beneficio!" (Salmo 83:12). Josué y sus fuerzas enfrentaron enemigos
unidos en un propósito común: apagar la luz del pueblo de Dios de la
faz de la tierra (Josué 10:3-4).
Aunque nuestros enemigos se unan para destruirnos, siguen sin ser
rivales para nuestro Dios.
De manera increíble, Dios desató las fuerzas destructivas de la
naturaleza contra los enemigos de Israel. Primero, Él arrojó piedras
de granizo del cielo hiriendo a los amorreos. Entonces, como si el
enemigo pudiera haber escapado de tal destrucción, Dios detuvo el
sol y la luna para que la luz fuera suficiente para que Israel
persiguiera a los ejércitos que huían (Josué 10:11-14).
No hay nada que detenga a nuestro Comandante en Jefe. El Señor hará
que nuestros enemigos se doblen "como arbustos que ruedan, como a
paja que se lleva el viento" (Salmo 83:13)
¿Alguna vez viste el polvo girando en un torbellino? Vuela tan
rápido que sólo toca el suelo de vez en cuando.
Perseguí a tus enemigos; Dios va a "voltearlos". A pesar de que han
declarado la guerra a Dios, ellos no son rival para su ira.
Recordá: Él es el "Altísimo, supremo sobre toda la tierra" (v.18).
103 días pasaron. Quedan aún 262 para probar el poder de Dios en tu
favor.
|