Los fariseos eran hombres amargos, envidiosos de Jesús y enojados
por Su enseñanza pura, simple y dulce. Una raíz de amargura
corromperá a muchos (Hebreos 12:15). Una fuente no puede producir
agua dulce y amarga al mismo tiempo (Santiago 3:11), y el corazón de
una persona es su fuente de vida.
El secreto de la vida, prosperidad y bendición es un corazón puro,
dulce, y sin mancha. ¡Con qué rapidez la envidia y la codicia del
mundo pueden convertir el corazón de alguien en amargo y ácido hacia
los individuos o razas! Moisés advirtió a los israelitas que si
albergaban raíces venenosas de amargura en su corazón hacia Dios, o
el uno al otro, su tierra se convertiría en un desperdicio ardiente
de sal y azufre. Los israelitas no hicieron caso a la advertencia y
durante cuarenta años se amargaron con Dios, Moisés, y unos con
otros. En consecuencia, uno por uno sus cadáveres cayeron en el
desierto.
La amargura es un gusto en tu boca, un sabor que da color a cada
experiencia y relación. Si alguna raíz de amargura se aloja en tu
corazón, pedí al Espíritu Santo que te ayuda a sacarla. Al hacer
esto, estás eligiendo la vida, "que tú y tu descendencia vivan!"
(Deuteronomio 30:19).
95 días pasaron. 270 están delante tuyo todavía.
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