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Daniel
11:36-45
36»El
rey hará lo que le venga en gana, se exaltará a sí mismo y afirmará ser más
grande que todos los dioses, incluso blasfemará contra el Dios de dioses. El
éxito lo acompañará, pero solo hasta que se cumpla el tiempo de la ira, pues
lo que se ha establecido, sin lugar a dudas, ocurrirá. 37No
tendrá ningún respeto por los dioses de sus antepasados, ni por el dios
querido por las mujeres, ni por ningún otro dios, porque se jactará de ser
más grande que todos ellos. 38En
su lugar, rendirá culto al dios de las fortalezas —un dios que sus
antepasados jamás conocieron— y lo engrandecerá con oro, plata, piedras
preciosas y regalos costosos. 39Atacará
las fortalezas más resistentes, afirmando que cuenta con la ayuda de este
dios extranjero. Honrará a quienes se sometan a él, al ponerlos en puestos
de autoridad y al repartir la tierra entre ellos como recompensa.
40»Luego,
al tiempo del fin, el rey del sur atacará al rey del norte. El rey del norte
saldrá precipitadamente en carros de guerra con sus conductores y una enorme
armada. Invadirá varios territorios y los arrasará como una inundación. 41Entrará
en la gloriosa tierra de Israel y
muchas naciones caerán, pero Moab, Edom y la mayor parte de Amón escaparán
de sus manos. 42Conquistará
muchos países y ni siquiera Egipto se salvará. 43Se
apoderará del oro, de la plata y de los tesoros de Egipto; los libios y los
etíopes serán sus sirvientes.
44»Pero
luego lo alarmarán las noticias provenientes del oriente y del norte y
saldrá con furia a destruir y a aniquilar a muchos. 45Se
detendrá entre el glorioso monte santo y el mar y allí instalará sus carpas
reales, pero mientras esté allí, terminará su tiempo de repente y no habrá
quien lo ayude.
Daniel 12
El tiempo del fin
1»En
ese tiempo se levantará Miguel, el arcángel que
hace guardia sobre tu nación. Entonces habrá un tiempo de angustia, como no
lo hubo desde que existen las naciones. Sin embargo, en ese momento, cada
uno de tu pueblo que tiene el nombre escrito en el libro será rescatado. 2Se
levantarán muchos de los que están muertos y enterrados, algunos para vida
eterna y otros para vergüenza y deshonra eterna. 3Los
sabios resplandecerán tan brillantes como el cielo y quienes conducen a
muchos a la justicia brillarán como estrellas para siempre. 4Pero
tú, Daniel, mantén en secreto esta profecía; sella el libro hasta el tiempo
del fin, cuando muchos correrán de aquí para allá y el conocimiento
aumentará.
5Entonces
yo, Daniel, vi a otros dos que estaban de pie en lados opuestos del río. 6Uno
de ellos le preguntó al hombre vestido de lino, que estaba de pie sobre el
río:
—¿Cuánto tiempo pasará hasta que terminen estos espantosos sucesos?
7El
hombre vestido de lino —que estaba de pie sobre el río— levantó ambas manos
hacia el cielo e hizo un juramento solemne por aquel que vive para siempre
diciendo:
—Durará por un tiempo, tiempos y medio tiempo. Cuando finalmente termine el
quebrantamiento del pueblo santo, todas estas cosas habrán sucedido.
8Oí
lo que dijo, pero no entendí el significado. Entonces le pregunté:
—Mi señor, ¿cómo terminará todo esto?
9Pero
él dijo:
—Vete ya, Daniel, porque lo que he dicho se mantendrá en secreto y sellado
hasta el tiempo del fin. 10Mediante
estas pruebas, muchos serán purificados, limpiados y refinados. Sin embargo,
los perversos seguirán en su perversidad y ninguno de ellos entenderá. Solo
los sabios comprenderán lo que significa.
11»Desde
el momento en que se detengan los sacrificios diarios y coloquen el objeto
sacrílego que causa profanación para
ser adorado, habrá 1290 días.12¡Benditos
sean los que esperen y permanezcan hasta el fin de los 1335 días!
13»En
cuanto a ti, sigue tu camino hasta el final. Descansarás y, entonces, al
final de los días, te levantarás para recibir la herencia que ha sido
guardada para ti.
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1ª Juan 4
Cómo descubrir a los falsos profetas
1Queridos
amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte
del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el
espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay
muchos falsos profetas en el mundo.2Esta
es la manera en que sabremos si tienen o no el Espíritu de
Dios: si una persona que afirma ser profetareconoce
que Jesucristo vino en un cuerpo humano, esa persona tiene
el Espíritu de Dios; 3pero
si alguien afirma ser profeta y no reconoce la verdad acerca
de Jesús, aquella persona no es de Dios. Tal persona tiene
el espíritu del Anticristo, del cual ustedes oyeron que
viene al mundo, y de hecho, ya está aquí.
4Pero
ustedes, mis queridos hijos, pertenecen a Dios. Ya lograron
la victoria sobre esas personas, porque el Espíritu que vive
en ustedes es más poderoso que el espíritu que vive en el
mundo. 5Esas
personas pertenecen a este mundo, por eso hablan desde el
punto de vista del mundo, y el mundo les presta atención. 6En
cambio, nosotros pertenecemos a Dios, y los que conocen a
Dios nos prestan atención. Como ellos no pertenecen a Dios,
no nos prestan atención. Así es como sabemos si alguien
tiene el Espíritu de verdad o el espíritu de engaño.
Ámense unos a otros
7Queridos
amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene
de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios; 8pero
el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
9Dios
mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo,
para que tengamos vida eterna por medio de él.10En
esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su
Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.
11Queridos
amigos, ya que Dios nos amó tanto, sin duda nosotros también
debemos amarnos unos a otros. 12Nadie
jamás ha visto a Dios; pero si nos amamos unos a otros, Dios
vive en nosotros y su amor llega a la máxima expresión en
nosotros.
13Y
Dios nos ha dado su Espíritu como prueba de que vivimos en
él y él en nosotros. 14Además,
hemos visto con nuestros propios ojos y ahora damos
testimonio de que el Padre envió a su Hijo para que fuera el
Salvador del mundo. 15Todos
los que confiesan que Jesús es el Hijo de Dios, Dios vive en
ellos y ellos en Dios. 16Nosotros
sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza
en su amor.
Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y
Dios vive en ellos; 17y
al vivir en Dios, nuestro amor crece hasta hacerse perfecto.
Por lo tanto, no tendremos temor en el día del juicio, sino
que podremos estar ante Dios con confianza, porque vivimos
como vivió Jesús en este mundo.
18En
esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto
expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al
castigo, y esto muestra que no hemos experimentado
plenamente el perfecto amor de Dios.19Nos
amamos unos a otros, porque
él nos amó primero.
20Si
alguien dice: «Amo a Dios» pero odia a un hermano en Cristo,
esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes
podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos
ver? 21Y
él nos ha dado el siguiente mandato: los que aman a Dios
amen también a sus hermanos en Cristo.

Salmo
123
Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.
1Levanto
mis ojos a ti,
oh Dios, entronizado en el cielo.
2Seguimos
buscando la misericordia del Señornuestro
Dios,
así como los sirvientes fijan los ojos en su amo
y la esclava observa a su ama, atenta al más mínimo gesto.
3Ten
misericordia de nosotros, Señor,
ten misericordia
porque ya estamos hartos de tanto desprecio.
4Ya
estamos más que hartos de las burlas de los orgullosos
y del desprecio de los arrogantes.

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