Señal de la olla
1El
15 de enero, durante
el noveno año de cautividad del rey Joaquín, recibí este
mensaje del Señor: 2«Hijo
de hombre, anota la fecha de hoy, porque en este preciso día
el rey de Babilonia comenzará el ataque contra Jerusalén.3Luego
transmíteles a esos rebeldes, mediante una ilustración, este
mensaje de parte del Señor Soberano:
»“Pon una olla al fuego
y échale un poco de agua.
4Llénala
con trozos selectos de carne:
de cadera, de lomo
y de los cortes más tiernos.
5Usa
solo las mejores ovejas del rebaño
y amontona leña en el fuego, debajo de la olla.
Hierve el contenido de la olla,
y cocina los huesos junto con la carne.
6»”Ahora
bien, esto dice el SeñorSoberano:
¡qué aflicción le espera a Jerusalén,
ciudad de asesinos!
Ella es una olla de cocina
cuya corrupción no puede limpiarse.
Saca los trozos de carne al azar,
porque ningún pedazo es mejor que otro.
7Pues
la sangre de sus homicidios
quedó salpicada en las rocas.
¡Ni siquiera se derramó en el suelo
donde el polvo podría cubrirla!
8Así
que yo salpicaré su sangre en una roca
para que todos vean
una expresión de mi enojo
y mi venganza contra ella.
9»”Esto
dice el Señor Soberano:
¡Qué aflicción le espera a Jerusalén,
ciudad de asesinos!
Yo mismo amontonaré leña debajo de ella.
10¡Sí,
échale más leña!
Que ardan las llamas para que hierva la olla.
Cocina la carne con muchas especias
y después quema los huesos.
11Luego
deja la olla vacía sobre los carbones encendidos.
¡Que se caliente al rojo vivo!
Que se quemen la inmundicia y la corrupción.
12Pero
es un caso perdido;
la corrupción no puede limpiarse.
Así que échala al fuego.
13Tu
impureza es tu lascivia
y la corrupción fruto de tu idolatría.
Yo traté de limpiarte,
pero tú te negaste.
Ahora quedarás en tu inmundicia
hasta que sacie mi furia contra ti”.
14»¡Yo,
el Señor,
he hablado! Ha llegado la hora y no me contendré. No
cambiaré de parecer ni tendré compasión de ti. Serás juzgada
por tus acciones perversas, dice el Señor Soberano».
Muerte de la esposa de Ezequiel
15Luego
recibí este mensaje del Señor:16«Hijo
de hombre, de un solo golpe te quitaré tu tesoro más
querido; sin embargo, no debes expresar ningún dolor ante su
muerte. No llores; que no haya lágrimas. 17Gime
en silencio, pero sin que haya lamentos junto a su tumba. No
te descubras la cabeza ni te quites las sandalias. No
cumplas con los ritos acostumbrados en el tiempo de duelo ni
aceptes la comida de los amigos que se acerquen a
consolarte».
18Así
que, por la mañana, anuncié ese mensaje al pueblo y por la
tarde mi esposa murió. A la mañana siguiente hice todo lo
que se me indicó.19Entonces
la gente me preguntó: «¿Qué significa todo esto? ¿Qué tratas
de decirnos?».
20Así
que les contesté: «Recibí un mensaje del Señor, 21quien
me dijo que se lo transmitiera a los israelitas. Esto dice
el SeñorSoberano:
“Contaminaré mi templo, que es fuente de seguridad y orgullo
para ustedes, el lugar en el que se deleita su corazón. Los
hijos y las hijas que dejaron en Judea serán masacrados a
espada. 22Entonces
ustedes harán lo mismo que hizo Ezequiel. No harán duelo en
público ni se consolarán entre ustedes comiendo lo que les
traigan sus amigos. 23Se
dejarán la cabeza cubierta y no se quitarán las sandalias.
No harán luto ni llorarán, pero se consumirán a causa de sus
pecados. Harán luto en secreto por todo el mal que hicieron.24Ezequiel
les sirve de ejemplo; ustedes harán lo mismo que él. Y
cuando llegue ese tiempo, sabrán que yo soy el SeñorSoberano”».
25Luego
el Señor me
dijo: «Hijo de hombre, el día que les quite su fortaleza —su
alegría y su gloria, el deseo de su corazón, su tesoro más
querido— también les quitaré a sus hijos e hijas. 26Ese
día, un sobreviviente llegará desde Jerusalén a Babilonia
para contarte lo que sucedió. 27Cuando
llegue, enseguida recuperarás la voz para que hables con él
y serás un símbolo para los de este pueblo. Entonces ellos
sabrán que yo soy el Señor».
Ezequiel 25
Mensaje para Amón
1Luego
recibí este mensaje del Señor: 2«Hijo
de hombre, ponte de cara a la tierra de Amón y profetiza
contra sus habitantes. 3Comunica
este mensaje a los amonitas de parte del SeñorSoberano:
“¡Escuchen la palabra del SeñorSoberano!
Ustedes se alegraron cuando mi templo fue contaminado, se
burlaron de Israel y de su desolación y se rieron de Judá
cuando la llevaron al destierro. 4Permitiré
que invadan su país los nómadas de los desiertos orientales.
Ellos establecerán su campamento entre ustedes y levantarán
carpas en su tierra. Se llevarán el fruto de sus cosechas y
se tomarán la leche de sus animales. 5Convertiré
la ciudad de Rabá en un pastizal para camellos y todo el
territorio de los amonitas en un lugar de descanso para
ovejas y cabras. Entonces ustedes sabrán que yo soy el Señor.
6»”Esto
dice el Señor Soberano:
dado que ustedes aplaudieron, bailaron y gritaron de alegría
por la destrucción de mi pueblo, 7yo
alzaré mi puño de juicio contra ustedes. Los entregaré como
botín a muchas naciones. Los eliminaré y dejarán de ser
nación, los destruiré por completo. Así sabrán que yo soy el
Señor.
Mensaje para Moab
8»”Esto
dice el Señor Soberano:
dado que los moabitas dijeron que Judá es igual a las demás
naciones, 9les
abriré el flanco oriental y destruiré sus gloriosas ciudades
fronterizas: Bet-jesimot, Baal-meón y Quiriataim.10Entregaré
a los moabitas en manos de los nómadas de los desiertos
orientales, tal como hice con los amonitas. Es cierto, los
amonitas dejarán de ser contados entre las naciones.11Del
mismo modo, haré caer mi castigo sobre los moabitas.
Entonces sabrán que yo soy el Señor.
Mensaje para Edom
12»”Esto
dice el Señor Soberano:
los edomitas pecaron grandemente al vengarse contra el
pueblo de Judá. 13Por
lo tanto, dice el SeñorSoberano,
alzaré mi puño de juicio contra Edom. Exterminaré a sus
habitantes y a sus animales a filo de espada. Convertiré en
una tierra baldía el territorio desde Temán hasta Dedán. 14Lo
llevaré a cabo por medio de mi pueblo Israel. Con enojo los
israelitas ejecutarán mi venganza, y los edomitas sabrán que
esa venganza es mía. ¡Yo, el SeñorSoberano,
he hablado!
Mensaje para Filistea
15»”Esto
dice el Señor Soberano:
los filisteos arremetieron contra Judá por amarga venganza y
por desprecio acumulado. 16Por
lo tanto, esto dice el Señor Soberano:
alzaré mi puño de juicio contra la tierra de los filisteos.
Exterminaré a los cereteos y destruiré por completo a la
gente que vive junto al mar. 17Ejecutaré
contra ellos una terrible venganza para castigarlos por lo
que han hecho. Y una vez que me haya vengado, sabrán que yo
soy el Señor”».
Ezequiel 26
Mensaje para Tiro
1El
3 de febrero, durante el año doce de cautividad del rey
Joaquín, recibí
este mensaje del Señor: 2«Hijo
de hombre, Tiro se alegró por la caída de Jerusalén
diciendo: “¡Ajá! La que era la puerta de entrada a las
prósperas rutas comerciales del oriente ha sido destruida y
¡ahora es mi turno! ¡Dado que ella quedó desolada, yo me
enriqueceré!”.
3»Por
lo tanto, esto dice el Señor Soberano:
oh Tiro, yo soy tu enemigo y haré que muchas naciones se
levanten contra ti como las olas del mar que rompen contra
tu costa. 4Ellas
destruirán las murallas de Tiro y derribarán sus torres. ¡Yo
rasparé su suelo hasta dejarlo como roca desnuda! 5No
será más que una roca en el mar, un lugar donde los
pescadores tiendan sus redes, pues yo he hablado, dice el SeñorSoberano.
Tiro se convertirá en presa de muchas naciones, 6y
sus aldeas de tierra adentro serán destruidas a espada.
Entonces sabrán que yo soy el Señor.
7»Esto
dice el Señor Soberano:
del norte haré que se levante el rey Nabucodonosor de
Babilonia contra Tiro. Él es rey de reyes y viene con sus
caballos, sus carros de guerra, sus conductores y un gran
ejército. 8Primero
destruirá las aldeas de tierra adentro. Luego te atacará
construyendo un muro de asalto y una rampa y levantando un
techo de escudos. 9Golpeará
tus murallas con arietes y demolerá tus torres a golpe de
martillo. 10Las
patas de sus caballos ahogarán de polvo la ciudad y el
estruendo de las ruedas de los carros de guerra y sus
conductores hará temblar tus murallas cuando entren por tus
puertas derrumbadas. 11Los
caballos de sus jinetes pisotearán todas las calles de la
ciudad. Masacrarán a tu gente y derribarán las fuertes
columnas.
12»Saquearán
tus riquezas y mercancías, y demolerán tus murallas.
Destruirán tus preciosas casas y arrojarán al mar las
piedras, los maderos y hasta el polvo de la ciudad. 13Pondré
fin a la música de tus cánticos. Nunca más se oirá entre tu
pueblo el sonido de las arpas. 14Transformaré
tu isla en una roca desnuda, un lugar donde los pescadores
tiendan sus redes. Jamás serás reconstruida, porque yo, el Señor,
he hablado. ¡Sí, el Señor Soberano
ha hablado!
Efectos de la destrucción de Tiro
15»Esto
dice el Señor Soberano
a Tiro: toda la costa temblará ante el ruido de tu caída,
mientras se oyen los gritos de los heridos que retumban en
la prolongada masacre. 16Los
gobernantes de las ciudades portuarias dejarán sus tronos y
se quitarán las vestiduras reales y su hermosa ropa. Se
sentarán en el suelo, temblando de terror a causa de tu
destrucción.17Después
se lamentarán por ti entonando este canto fúnebre:
»¡Oh famosa ciudad isleña,
que antes gobernaba el mar,
cómo has sido destruida!
Tu gente, con su poderío naval,
antes sembraba terror por todo el mundo.
18Ahora
las tierras costeras tiemblan de miedo por tu caída.
Decaen las islas a medida que desapareces.
19»Esto
dice el Señor Soberano:
convertiré a Tiro en ruinas despobladas, como muchas otras.
La sepultaré bajo las terribles oleadas del ataque enemigo.
Los grandes mares te tragarán. 20Te
enviaré a la fosa para que te reúnas con los que
descendieron allí hace mucho tiempo. Tu ciudad quedará en
ruinas, sepultada bajo tierra, como los que están en la
fosa, quienes entraron al mundo de los muertos. Aquí, en el
mundo de los vivos, no tendrás ningún lugar de honor. 21Te
daré un fin terrible y dejarás de existir. Te buscarán, pero
nunca más te encontrarán. ¡Yo, el Señor Soberano,
he hablado!».