Rebelión de Israel
1El
14 de agosto, durante
el séptimo año de cautividad del rey Joaquín, algunos de los
líderes de Israel vinieron a pedir un mensaje del Señor.
Se sentaron frente a mí en espera de su respuesta. 2Entonces
recibí el siguiente mensaje del Señor: 3«Hijo
de hombre, diles a los líderes de Israel: “Esto dice el SeñorSoberano:
‘¿Cómo se atreven a venir a pedirme un mensaje? ¡Tan cierto
como que yo vivo, dice el Señor Soberano,
que no les diré nada!’”.
4»Hijo
de hombre, levanta cargos en contra de los líderes y
condénalos. Hazles ver que los pecados de sus antepasados
fueron realmente detestables. 5Dales
el siguiente mensaje de parte del Señor Soberano:
“Cuando elegí a Israel —cuando me di a conocer a los
descendientes de Jacob en Egipto—, hice un juramento solemne
de que yo, el Señor,
sería su Dios. 6Ese
día juré solemnemente que los sacaría de Egipto y los
llevaría a una tierra que yo había explorado para ellos: una
buena tierra donde fluyen la leche y la miel, la mejor
tierra de todas. 7Entonces
les dije: ‘Cada uno de ustedes deshágase de las imágenes
repugnantes con las que están tan obsesionados. No se
contaminen con los ídolos de
Egipto, porque yo soy el Señorsu
Dios’.
8»”Sin
embargo, ellos se rebelaron contra mí y no me hicieron caso.
No se deshicieron de las imágenes repugnantes con las que
estaban obsesionados ni abandonaron los ídolos de Egipto.
Entonces, mientras seguían en Egipto, amenacé con derramar
mi furia sobre ellos para satisfacer mi enojo; 9pero
no lo hice porque actué para proteger el honor de mi nombre.
Yo no permitiría que mi nombre fuera avergonzado ante las
naciones vecinas, a las cuales me di a conocer cuando saqué
a los israelitas de Egipto. 10Despues
de sacarlos de Egipto, los llevé al desierto. 11Allí
les di mis decretos y ordenanzas para que al ponerlos en
práctica encontraran vida. 12Además,
les di mis días de descanso como una señal entre ellos y yo.
El propósito era recordarles que soy el Señor,
quien los apartó para que fueran santos.
13»”Sin
embargo, los israelitas se rebelaron contra mí y se negaron
a obedecer mis decretos en el desierto. Desobedecieron mis
ordenanzas, a pesar de que la obediencia les hubiera dado
vida. Además profanaron mis días de descanso. Por lo tanto,
amenacé con derramar mi furia sobre ellos e hice planes para
consumirlos por completo en el desierto; 14pero
otra vez me contuve para proteger el honor de mi nombre ante
las naciones que habían visto mi poder cuando saqué a Israel
de Egipto. 15Sin
embargo, hice un juramento solemne contra ellos en el
desierto. Juré que no los dejaría entrar en la tierra que
les había dado, tierra donde fluyen la leche y la miel, el
lugar más hermoso del mundo. 16Pues
rechazaron mis ordenanzas, se negaron a obedecer mis
decretos y profanaron mis días de descanso, ya que habían
entregado su corazón a ídolos.17Sin
embargo, les tuve compasión y en el desierto me contuve y no
los destruí.
18»”Después
les advertí a sus hijos que no siguieran el ejemplo de sus
padres, quienes se contaminaron con sus ídolos. 19‘Yo
soy el Señor su
Dios —les dije—. Sigan mis decretos, presten atención a mis
ordenanzas 20y
mantengan santos mis días de descanso, porque son una señal
para recordarles que yo soy el Señor su
Dios’.
21»”Sin
embargo, sus hijos también se rebelaron contra mí. Se
negaron a cumplir mis decretos y a seguir mis ordenanzas, a
pesar de que la obediencia les hubiera dado vida. Además
profanaron mis días de descanso. Así que amenacé nuevamente
con derramar mi furia sobre ellos en el desierto.22No
obstante, quité mi juicio contra ellos a fin de proteger el
honor de mi nombre ante las naciones que habían visto mi
poder cuando los saqué de Egipto; 23pero
hice un juramento solemne contra ellos en el desierto: juré
esparcirlos por todas las naciones 24porque
no obedecieron mis ordenanzas. Se burlaron de mis decretos
al profanar mis días de descanso y anhelar los ídolos de sus
antepasados. 25Los
entregué a decretos y ordenanzas inútiles, que no los
conducirían a la vida. 26Dejé
que se contaminaran con
los mismos regalos que yo les había dado y permití que
sacrificaran a su hijo mayor como ofrenda a sus dioses, para
devastarlos y recordarles que solo yo soy el Señor”.
Juicio y restauración
27»Por
lo tanto, hijo de hombre, dale este mensaje al pueblo de
Israel de parte del SeñorSoberano:
“Tus antepasados siguieron blasfemando y traicionándome, 28pues
cuando los hice entrar en la tierra que les había prometido,
¡ofrecieron sacrificios en cada colina alta y debajo de cada
árbol frondoso que encontraron! Provocaron mi furia al
ofrecer sacrificios a sus dioses. ¡Les llevaron perfumes e
incienso y derramaron ofrendas líquidas ante ellos! 29Les
dije: ‘¿Qué es ese lugar alto adonde van?’”. (Desde
entonces, esa clase de santuario pagano se llama Bama, que
significa “lugar alto”).
30»Por
lo tanto, dale este mensaje al pueblo de Israel de parte del
Señor Soberano:
“¿Piensas contaminarte como lo hicieron tus antepasados?
¿Seguirás prostituyéndote al adorar imágenes repugnantes? 31Pues,
cuando les presentas ofrendas y les sacrificas a tus niños
en el fuego, te
contaminas con ídolos hasta el día de hoy. ¿Y yo debería
permitirte, pueblo de Israel, que me pidas un mensaje? Tan
cierto como que yo vivo, dice el SeñorSoberano,
que no te diré nada.
32»”Tú
dices: ‘Queremos ser como las naciones que nos rodean, que
sirven a ídolos de madera y de piedra’; pero eso que piensas
nunca sucederá.33Tan
cierto como que yo vivo, dice el SeñorSoberano,
te gobernaré con puño de hierro, con gran enojo y con
imponente poder. 34También
con enojo, extenderé mi mano fuerte y mi brazo poderoso, y
te traeré de regreso desde
los territorios por donde fuiste esparcido. 35Te
llevaré al desierto de las naciones y allí te juzgaré cara a
cara. 36Te
juzgaré tal como hice con tus antepasados en el desierto
después de sacarlos de Egipto, dice el Señor Soberano.37Te
examinaré cuidadosamente y te obligaré a cumplir las
condiciones del pacto. 38Te
limpiaré de todos los que se rebelen y se subleven contra
mí. A ellos los sacaré de los países adonde fueron
desterrados, pero nunca entrarán en la tierra de Israel.
Entonces sabrás que yo soy el Señor.
39»”En
cuanto a ti, pueblo de Israel, esto dice el Señor Soberano:
adelante, rinde culto a tus ídolos, pero tarde o temprano me
obedecerás y dejarás de deshonrar mi santo nombre al rendir
culto a ídolos. 40Pues
algún día, dice el Señor Soberano,
los israelitas me adorarán en mi monte santo, el gran monte
de Israel, y yo los aceptaré. Allí les exigiré que me
presenten todas sus ofrendas y los mejores regalos y
sacrificios. 41Cuando
los traiga de regreso a casa desde el destierro, ustedes
serán para mí como un sacrificio agradable. Desplegaré mi
santidad por medio de ustedes a la vista de todas las
naciones. 42Entonces,
cuando yo los regrese a la tierra que mediante un juramento
solemne prometí darles a sus antepasados, ustedes sabrán que
yo soy el Señor. 43Recordarán
todas las formas en que se contaminaron y se odiarán a sí
mismos por el mal que hicieron. 44Y
sabrás, pueblo de Israel, que yo soy el Señor,
cuando haya honrado mi nombre al tratarte con compasión, a
pesar de tu perversidad. ¡Yo, el Señor Soberano,
he hablado!”».
Juicio contra el Neguev
45Después
recibí este mensaje del Señor:46«Hijo
de hombre, ponte de cara al sur y
denuncia a esa región; profetiza contra los matorrales del
Neguev. 47Dile
al desierto del sur: “Esto dice el Señor Soberano:
‘¡Oye la palabra del Señor!
Te prenderé fuego y se quemará todo árbol, esté verde o
seco. Las horrendas llamas no se extinguirán y arrasarán con
todo, desde el sur hasta el norte.48Entonces
el mundo entero verá que yo, el Señor,
prendí este fuego, que no se apagará’”».
49Entonces
dije: «Oh SeñorSoberano,
¡la gente anda diciendo de mí: “Él solo habla en enigmas!”».