24 de Mayo

 

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2 Samuel 4 al 6
Juan 13:31 a 14:14
Salmo 119:17-32
Proverbios 24

 

2 Samuel 4

Asesinato de Is-boset
1Cuando Is-boset, el hijo de Saúl, se enteró de la muerte de Abner en Hebrón, se acobardó y todo Israel quedó paralizado de miedo. 2Ahora bien, había dos hermanos, Baana y Recab, que eran capitanes de los destacamentos de asalto de Is-boset. Eran hijos de Rimón, un miembro de la tribu de Benjamín que vivía en Beerot. La ciudad de Beerot ahora forma parte del territorio de Benjamín 3porque los habitantes originarios de Beerot huyeron a Gitaim, donde todavía viven como extranjeros.
4(Jonatán, hijo de Saúl, tuvo un hijo llamado Mefiboset, quien quedó lisiado de niño. Cuando Mefiboset tenía cinco años, llegó la noticia desde Jezreel de que Saúl y Jonatán habían muerto en batalla. Al enterarse la niñera, tomó al niño y huyó; pero, con el apuro, se le cayó y quedó lisiado).
5Cierto día, Recab y Baana, los hijos de Rimón de Beerot, fueron a la casa de Is-boset cerca del mediodía mientras él dormía la siesta. 6A la portera, quien había estado zarandeando trigo, le dio sueño y se durmió. Así que Recab y Baana pasaron desapercibidos. 7Entraron en la casa y encontraron a Is-boset dormido en su cama. Lo golpearon, lo mataron y le cortaron la cabeza. Luego tomaron la cabeza y huyeron durante la noche a través del valle del Jordán.8Cuando llegaron a Hebrón le presentaron la cabeza de Is-boset a David y exclamaron:
—¡Mire! Aquí está la cabeza de Is-boset, el hijo de su enemigo Saúl, quien intentó matarlo. ¡El Señor le ha dado hoy a mi señor el rey venganza sobre Saúl y toda su familia!
9Pero David les dijo a Recab y a Baana:
—El Señor, quien me salvó de mis enemigos, es mi testigo. 10Una vez alguien me dijo: “Saúl ha muerto”, pensando que me traía buenas noticias. Pero yo lo agarré y lo maté en Siclag. ¡Esa fue la recompensa que le di por sus noticias! 11¿Cuánto más debo recompensar a los hombres malignos que mataron a un hombre inocente en su propia casa y mientras estaba en la cama? ¿No debería hacerlos responsables de su sangre y así liberar al mundo de su presencia?
12Entonces David ordenó a sus hombres que los mataran, y así lo hicieron. Les cortaron las manos y los pies, y colgaron sus cuerpos junto al estanque de Hebrón. Luego tomaron la cabeza de Is-boset y la enterraron en la tumba de Abner en Hebrón.

 

2 Samuel 5

David, rey de todo Israel
1Luego todas las tribus de Israel fueron a David en Hebrón y le dijeron: «Somos de la misma sangre. 2En el pasado, cuando Saúl era nuestro rey, en realidad era usted quien dirigía a las fuerzas de Israel. Y el Señor le dijo: “Tú serás el pastor de mi pueblo Israel; tú serás el líder de Israel”».
3De modo que allí en Hebrón el rey David hizo un pacto ante el Señor con todos los ancianos de Israel, y lo ungieron rey de Israel.
4David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años.5Había reinado sobre Judá desde Hebrón siete años y seis meses, y desde Jerusalén reinó sobre todo Israel y Judá por treinta y tres años.
David toma a Jerusalén
6Luego David guió a sus hombres a Jerusalén para pelear contra los jebuseos, los habitantes originarios de esa tierra, que vivían allí. Los jebuseos se mofaban de David: «¡Jamás entrarás aquí! ¡Hasta los ciegos y los cojos pueden impedir que ingreses!». Pues los jebuseos pensaban que estaban a salvo.7Pero David tomó la fortaleza de Sión, la que ahora se llama Ciudad de David.
8El día del ataque, David les dijo a sus tropas: «Odio a esos jebuseos “ciegos” y “cojos”. Todo el que ataque la ciudad, que haga su entrada por el túnel de agua». Este es el origen del dicho: «Ni el ciego ni el cojo pueden entrar en la casa».
9Así que David hizo de la fortaleza su casa y la llamó la Ciudad de David. Extendió la ciudad, comenzando desde los terraplenes, y continuó hacia adentro. 10David se hacía cada vez más poderoso, porque el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales estaba con él.
11Luego Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, junto con madera de cedro, así como carpinteros y canteros, quienes construyeron un palacio para David. 12Entonces David se dio cuenta de que el Señor lo había confirmado como rey de Israel y que había bendecido su reino por amor a su pueblo Israel.
13Después de mudarse de Hebrón a Jerusalén, David tomó más concubinas y esposas, y ellas tuvieron más hijos e hijas. 14Estos son los nombres de los hijos de David que nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 15Ibhar, Elisúa, Nefeg, Jafía, 16Elisama, Eliada y Elifelet.
David conquista a los filisteos
17Cuando los filisteos se enteraron de que David había sido ungido rey de Israel, movilizaron todas sus fuerzas para capturarlo; pero le avisaron a David que venían, así que entró en la fortaleza. 18Los filisteos llegaron y se desplegaron por todo el valle de Refaim.19Entonces David le preguntó al Señor:
—¿Debo salir a pelear contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos?
El Señor le contestó a David:
—Sí, adelante. Te aseguro que te los entregaré.
20Entonces David fue a Baal-perazim y allí derrotó a los filisteos. «¡El Señorlo hizo! —exclamó David—. ¡Él irrumpió en medio de mis enemigos como una violenta inundación!». Así que llamó a ese lugar Baal-perazim (que significa «el Señor que irrumpe»).21Los filisteos abandonaron allí sus ídolos, y David y sus hombres los confiscaron.
22Pero poco tiempo después, los filisteos volvieron y de nuevo se desplegaron en el valle de Refaim.23De nuevo David le preguntó al Señor qué debía hacer. «No los ataques de frente —le contestó el Señor—. En cambio, rodéalos y, cerca de los álamos, atácalos por la retaguardia.24Cuando oigas un sonido como de pies que marchan en las copas de los álamos, ¡mantente alerta! Esa será la señal de que el Señor va delante de ti para herir de muerte al ejército filisteo». 25Entonces David hizo lo que el Señor le ordenó e hirió de muerte a los filisteos desde Gabaón hasta Gezer.

 

2 Samuel 6

Traslado del arca a Jerusalén
1Entonces David volvió a reunir a las tropas más selectas de Israel, un total de treinta mil.2Y las llevó a Baala de Judá para traer de regreso el arca de Dios, que lleva el nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, quien está entronizado entre los querubines. 3Así que pusieron el arca de Dios en una carreta nueva y la retiraron de la casa de Abinadab, que estaba en una colina. Al salir de la casa, Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta 4que cargaba el arca de Dios. Ahío caminaba delante del arca. 5David y todo el pueblo de Israel celebraban ante el Señor, entonando cancionesy tocando todo tipo de instrumentos musicales: liras, arpas, panderetas, castañuelas y címbalos.
6Cuando llegaron al campo de trillar de Nacón, los bueyes tropezaron, y Uza extendió la mano para sujetar el arca de Dios.7Entonces se encendió el enojo del Señorcontra Uza, y Dios lo hirió de muerte debido a lo que hizo. Así fue como Uza murió allí mismo junto al arca de Dios.
8Entonces David se enojó porque la ira de Dios se había desatado contra Uza y llamó a ese lugar Fares-uza (que significa «desatarse contra Uza»), nombre que conserva hasta el día de hoy.
9Ahora David tenía miedo del Señor y preguntó: «¿Cómo podré regresar el arca del Señor para que esté bajo mi cuidado?». 10Por lo tanto, David decidió no trasladar el arca de Dios a la Ciudad de David, sino que la llevó a la casa de Obed-edom, en Gat. 11El arca del Señor permaneció en la casa de Obed-edom por tres meses, y el Señor bendijo a Obed-edom y a los de su casa.
12Entonces le dijeron al rey David: «El Señor ha bendecido a los de la casa de Obed-edom y a todo lo que tiene a causa del arca de Dios». Luego David fue y llevó el arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David con gran celebración. 13Cuando los hombres que llevaban el arca del Señor dieron apenas seis pasos, David sacrificó un toro y un ternero engordado. 14Y David danzó ante el Señor con todas sus fuerzas, vestido con una vestidura sacerdotal. 15David y todo el pueblo trasladaron el arca del Señor entre gritos de alegría y toques de cuernos de carnero.
Mical desprecia a David
16Entonces, cuando el arca del Señor entraba a la Ciudad de David, Mical, hija de Saúl, se asomó por la ventana. Cuando vio que el rey David saltaba y danzaba ante el Señor, se llenó de desprecio hacia él.
17Así que trasladaron el arca y la colocaron en su lugar dentro de la carpa especial que David le había preparado. David sacrificó al Señor ofrendas quemadas y ofrendas de paz. 18Cuando terminó de ofrecer los sacrificios, David bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales.19Después repartió a todos los israelitas que estaban allí reunidos, tanto hombres como mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles y un pastel de pasas de uva. Luego todos regresaron a su casa.
20Cuando David regresó a su hogar para bendecir a su propia familia, Mical, la hija de Saúl, salió a su encuentro y le dijo indignada:
—¡Qué distinguido se veía hoy el rey de Israel, exhibiéndose descaradamente delante de las sirvientas tal como lo haría cualquier persona vulgar!
21David le replicó a Mical:
—¡Estaba danzando delante del Señor, quien me eligió por encima de tu padre y de su familia! Él me designó como el líder de Israel, el pueblo del Señor, y de este modo celebro delante de él.22¡Así es, y estoy dispuesto a quedar en ridículo e incluso a ser humillado ante mis propios ojos! Pero esas sirvientas que mencionaste, ¡de seguro seguirán pensando que soy distinguido!
23Y Mical, la hija de Saúl, nunca tuvo hijos en toda su vida.

 

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Juan 13:31-38

Jesús predice la negación de Pedro
31En cuanto Judas salió del lugar, Jesús dijo:«Ha llegado el momento para que el Hijo del Hombre entre en su gloria y, por causa de él, Dios será glorificado. 32Y dado que Dios recibe gloria a causa del Hijo, pronto le dará gloria al Hijo. 33Mis queridos hijos, voy a estar con ustedes solo un poco más de tiempo. Y, como les dije a los líderes judíos, ustedes me buscarán, pero no pueden ir adonde yo voy.34Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros. 35El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos».
36Simón Pedro le preguntó:
—Señor, ¿adónde vas?
Y Jesús contestó:
—Ahora no puedes venir conmigo, pero me seguirás después.
37—¿Pero por qué no puedo ir ahora, Señor? —le preguntó—. Estoy dispuesto a morir por ti.
38—¿Morir por mí? —le contestó Jesús—. Pedro, te digo la verdad, mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces.

 

Juan 14:1-14

Jesús, el camino al Padre
1»No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. 2En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?3Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy. 4Y ustedes conocen el camino que lleva adonde voy.
5—No, Señor, no lo conocemos —dijo Tomás—. No tenemos ni idea de adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?
6Jesús le contestó:
—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí. 7Si ustedes realmente me conocieran, también sabrían quién es mi Padre.De ahora en adelante, ya lo conocen y lo han visto.
8Felipe le dijo:
—Señor, muéstranos al Padre y quedaremos conformes.
9Jesús respondió:
—Felipe, ¿he estado con ustedes todo este tiempo, y todavía no sabes quién soy? ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre? 10¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí. 11Solo crean que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; o al menos crean por las obras que me han visto hacer.
12»Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre. 13Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre. 14Es cierto, pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!

 

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Salmo 119:17-32

Guímel
17Sé bueno con este siervo tuyo,
para que viva y obedezca tu palabra.
18Abre mis ojos, para que vea
las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas.
19No soy más que un extranjero en la tierra.
¡No escondas de mí tus mandatos!
20Siempre me conmueve
el deseo de conocer tus ordenanzas.
21Tú reprendes al arrogante;
los que se alejan de tus mandatos son malditos.
22No permitas que se burlen de mí y me insulten,
pues he obedecido tus leyes.
23Hasta los príncipes se sientan y hablan contra mí,
pero yo meditaré en tus decretos.
24Tus leyes me agradan;
me dan sabios consejos.
Dálet
25Estoy tirado en el polvo;
revíveme con tu palabra.
26Te conté mis planes y me respondiste.
Ahora, enséñame tus decretos.
27Ayúdame a comprender el significado de tus mandamientos,
y meditaré en tus maravillosas obras.
28Lloro con tristeza;
aliéntame con tu palabra.
29Líbrame de mentirme a mí mismo;
dame el privilegio de conocer tus enseñanzas.
30He optado por ser fiel;
estoy decidido a vivir de acuerdo con tus ordenanzas.
31Me aferro a tus leyes.
Señor, ¡no dejes que pase vergüenza!
32Perseguiré tus mandatos,
porque tú aumentas mi comprensión.

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