15 de Mayo

 

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1 Samuel 17:1 a 18:4
Juan 8:21-30
Salmo 111
Proverbios 15

 

1 Samuel 17

Goliat desafía a los israelitas
1Los filisteos reunieron su ejército para la batalla y acamparon en Efes-damim, que queda entre Soco en Judá y Azeca. 2Saúl respondió reuniendo a las tropas israelitas cerca del valle de Ela. 3De modo que los filisteos y los israelitas quedaron frente a frente en montes opuestos, separados por el valle.
4Luego Goliat, un campeón filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos para enfrentarse a las fuerzas de Israel. ¡Medía casi tres metrosde altura! 5Llevaba un casco de bronce y su cota de malla, hecha de bronce, pesaba cincuenta y siete kilos. 6También tenía puestos protectores de bronce en las piernas y llevaba una jabalina de bronce sobre el hombro. 7El asta de su lanza era tan pesada y gruesa como un rodillo de telar, con una punta de hierro que pesaba casi siete kilos.Su escudero iba delante de él.
8Entonces Goliat se detuvo y gritó mofándose de los israelitas: «¿Por qué salen todos ustedes a pelear? Yo soy el campeón filisteo, pero ustedes no son más que siervos de Saúl. ¡Elijan a un hombre para que venga aquí a pelear conmigo! 9Si me mata, entonces seremos sus esclavos; pero si yo lo mato a él, ¡ustedes serán nuestros esclavos! 10¡Hoy desafío a los ejércitos de Israel! ¡Envíenme a un hombre que me enfrente!».
11Cuando Saúl y los israelitas lo escucharon, quedaron aterrados y profundamente perturbados.
Isaí envía a David al campamento de Saúl
12Ahora bien, David era hijo de un hombre llamado Isaí, un efrateo de Belén, en la tierra de Judá. En ese tiempo Isaí era anciano y tenía ocho hijos. 13Sus tres hijos mayores —Eliab, Abinadab y Simea— ya se habían unido al ejército de Saúl para pelear contra los filisteos. 14David era el menor de los hijos. Sus tres hermanos mayores se quedaron con el ejército de Saúl, 15pero David iba y venía para ayudar a su padre con las ovejas en Belén.
16Durante cuarenta días, cada mañana y cada tarde, el campeón filisteo se paseaba dándose aires delante del ejército israelita.
17Un día, Isaí le dijo a David: «Toma esta canasta de grano tostado y estos diez panes, y llévaselos de prisa a tus hermanos.18Y dale estos diez pedazos de queso a su capitán. Averigua cómo están tus hermanos y tráeme un informe de cómo les va». 19Los hermanos de David estaban con Saúl y el ejército israelita en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.
20Así que temprano a la mañana siguiente, David dejó las ovejas al cuidado de otro pastor y salió con los regalos, como Isaí le había indicado. Llegó al campamento justo cuando el ejército de Israel salía al campo de batalla dando gritos de guerra. 21Poco tiempo después las fuerzas israelitas y filisteas quedaron frente a frente, ejército contra ejército. 22David dejó sus cosas con el hombre que guardaba las provisiones y se apresuró a ir hacia las filas para saludar a sus hermanos. 23Mientras hablaba con ellos, Goliat, el campeón filisteo de Gat, salió de entre las tropas filisteas. En ese momento, David lo escuchó gritar sus ya acostumbradas burlas al ejército de Israel.
24Tan pronto como las tropas israelitas lo vieron, comenzaron a huir espantadas.
25—¿Ya vieron al gigante? —preguntaban los hombres—. Sale cada día a desafiar a Israel. El rey ha ofrecido una enorme recompensa a cualquiera que lo mate. ¡A ese hombre le dará una de sus hijas como esposa y toda su familia quedará exonerada de pagar impuestos!
26David les preguntó a los soldados que estaban cerca de él:
—¿Qué recibirá el hombre que mate al filisteo y ponga fin a su desafío contra Israel? Y a fin de cuentas, ¿quién es este filisteo pagano, al que se le permite desafiar a los ejércitos del Dios viviente?
27Estos hombres le dieron a David la misma respuesta. Le dijeron:
—Efectivamente, esa es la recompensa por matarlo.
28Pero cuando Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres, se enojó.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le reclamó—. ¿Qué pasó con esas pocas ovejas que se supone que deberías estar cuidando? Conozco tu orgullo y tu engaño. ¡Solo quieres ver la batalla!
29—¿Qué hice ahora? —contestó David—. ¡Solo hacía una pregunta!
30Entonces caminó hacia otros y les preguntó lo mismo, y recibió la misma respuesta.31Entonces le contaron a Saúl la pregunta de David, y el rey mandó llamarlo.
David mata a Goliat
32—No te preocupes por este filisteo —le dijo David a Saúl—. ¡Yo iré a pelear contra él!
33—¡No seas ridículo! —respondió Saúl—. ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan solo un muchacho, y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud.
34Pero David insistió:
—He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso viene para robar un cordero del rebaño, 35yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo. 36Lo he hecho con leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡porque ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente! 37¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo!
Así que Saúl por fin accedió:
—Está bien, adelante. ¡Y que el Señoresté contigo!
38Después Saúl le dio a David su propia armadura: un casco de bronce y una cota de malla.39David se los puso, se ciñó la espada y probó dar unos pasos porque nunca antes se había vestido con algo semejante.
—No puedo andar con todo esto —le dijo a Saúl—. No estoy acostumbrado a usarlo.
Así que David se lo quitó. 40Tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa de pastor. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo.
41Goliat caminaba hacia David con su escudero delante de él, 42mirando con desdén al muchacho de mejillas sonrosadas.
43—¿Soy acaso un perro —le rugió a David— para que vengas contra mí con un palo?
Y maldijo a David en nombre de sus dioses.
44—¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! —gritó Goliat.
45David le respondió al filisteo:
—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. 46Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! 47Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!
48Cuando Goliat se acercó para atacarlo, David fue corriendo para enfrentarse con él. 49Metió la mano en su bolsa de pastor, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y Goliat se tambaleó y cayó de cara al suelo.
50Así David triunfó sobre el filisteo con solo una honda y una piedra, porque no tenía espada. 51Después David corrió y sacó de su vaina la espada de Goliat y la usó para matarlo y cortarle la cabeza.
Israel derrota a los filisteos
Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, se dieron la vuelta y huyeron. 52Así que los hombres de Israel y Judá dieron un gran grito de triunfo y corrieron tras los filisteos, persiguiéndolos tan lejos como Gat y hasta las puertas de Ecrón. Los cuerpos de los filisteos muertos y heridos estuvieron esparcidos a lo largo del camino de Saaraim, hasta Gat y Ecrón. 53Luego el ejército de Israel regresó y saqueó el campamento abandonado de los filisteos. 54(David llevó la cabeza del filisteo a Jerusalén, pero guardó la armadura en su propia carpa).
55Al observar a David pelear contra el filisteo, Saúl le preguntó a Abner, el comandante de su ejército:
—Abner, ¿quién es el padre de este muchacho?
—En realidad no lo sé —declaró Abner.
56—Bueno, ¡averigua quién es! —le dijo el rey.
57Tan pronto como David regresó de matar a Goliat, Abner lo llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo todavía en la mano.
58—Dime quién es tu padre, muchacho —le dijo Saúl.
—Su nombre es Isaí, y vivimos en Belén —contestó David.

 

1 Samuel 18:1-4

Saúl tiene celos de David
1Después de que David terminó de hablar con Saúl, conoció a Jonatán, el hijo del rey. De inmediato se creó un vínculo entre ellos, pues Jonatán amó a David como a sí mismo. 2A partir de ese día Saúl mantuvo a David con él y no lo dejaba volver a su casa. 3Jonatán hizo un pacto solemne con David, porque lo amaba tanto como a sí mismo. 4Para sellar el pacto quitó su manto y se lo dio a David junto con su túnica, su espada, su arco y su cinturón.

 

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Juan 8:21-30

Advertencia para los incrédulos
21Más tarde, Jesús volvió a decirles: «Yo me voy, y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir».
22Por lo tanto, la gente se preguntaba: «¿Estará pensando suicidarse? ¿Qué quiere decir con “no pueden ir adonde yo voy”?».
23Jesús continuó diciendo: «Ustedes son de abajo; yo soy de arriba. Ustedes pertenecen a este mundo; yo no. 24Por eso dije que morirán en sus pecados; porque, a menos que crean que Yo Soy quien afirmo ser, morirán en sus pecados».
25—¿Y quién eres? —preguntaron.
—El que siempre dije que era. 26Tengo mucho para decir acerca de ustedes y mucho para condenar, pero no lo haré. Pues digo solo lo que oí del que me envió, y él es totalmente veraz.
27Pero ellos seguían sin entender que les hablaba de su Padre.
28Por eso Jesús dijo: «Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre en la cruz, entonces comprenderán que YoSoy. Yo no hago nada por mi cuenta, sino que digo únicamente lo que el Padre me enseñó. 29Y el que me envió está conmigo, no me ha abandonado. Pues siempre hago lo que a él le agrada».
30Entonces muchos de los que oyeron sus palabras creyeron en él.

 

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Salmo 111

1¡Alabado sea el Señor!
Daré gracias al Señor con todo mi corazón
al reunirme con su pueblo justo.
2¡Qué asombrosas son las obras del Señor!
Todos los que se deleitan en él deberían considerarlas.
3Todo lo que él hace revela su gloria y majestad;
su justicia nunca falla.
4Él nos hace recordar sus maravillosas obras.
¡Cuánta gracia y misericordia tiene nuestro Señor!
5Da alimento a los que le temen;
siempre recuerda su pacto.
6Ha mostrado su gran poder a su pueblo
al entregarle las tierras de otras naciones.
7Todo lo que hace es justo y bueno,
y todos sus mandamientos son confiables;
8siempre son verdaderos,
para ser obedecidos fielmente y con integridad.
9Él pagó el rescate completo por su pueblo
y les ha garantizado para siempre el pacto que hizo con ellos.
¡Qué santo e imponente es su nombre!
10El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría;
todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría.
¡Alábenlo para siempre!

 

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