21 de Abril

 

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Josué 22:21 a 23:16
Lucas 20:27-47
Salmo 89:14-37
Proverbios 21

 

Josué 22:21...

21Entonces la gente de Rubén, de Gad y de la media tribu de Manasés les respondieron a esos líderes, cabezas de los clanes de Israel:
22—¡El Señor, el Poderoso, es Dios! ¡El Señor, el Poderoso, es Dios! Él conoce la verdad, ¡y que Israel también la sepa! Nosotros no construimos el altar por traición o en rebeldía contra el Señor. Si fuera así, no nos perdonen la vida ni un día más. 23Si en verdad construimos un altar para nosotros, para apartarnos del Señor o para presentar ofrendas quemadas, ofrendas de grano u ofrendas de paz, que el Señor mismo nos castigue.
24»La verdad es que construimos este altar porque tenemos miedo de que, en el futuro, sus descendientes les digan a los nuestros: “¿Qué derecho tienen ustedes de adorar al Señor, Dios de Israel? 25El Señor ha puesto el río Jordán como una barrera entre nuestra gente y ustedes, gente de Rubén y de Gad. Ustedes no tienen derecho de afirmar que pertenecen al Señor”. Así, los descendientes de ustedes podrían impedirles a los nuestros que adoraran al Señor.
26»Por eso decidimos construir el altar, no para presentar ofrendas quemadas o sacrificios, 27sino como un monumento conmemorativo. Les recordará a nuestros descendientes y a los de ustedes que nosotros también tenemos el derecho de adorar al Señor en su santuario con nuestros sacrificios, nuestras ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Entonces sus descendientes no podrán decirles a los nuestros: “Ustedes no tienen derecho de afirmar que pertenecen al Señor”.
28»Si ellos dicen eso, nuestros descendientes podrán responder: “Miren esta réplica del altar del Señorque construyeron nuestros antepasados. No es para sacrificios ni ofrendas quemadas, es para recordarnos la relación que ambos tenemos con el Señor”. 29Lejos esté de nosotros rebelarnos contra el Señor o apartarnos de él al construir nuestro propio altar para presentar sacrificios, ofrendas quemadas y ofrendas de grano. Únicamente el altar del Señor nuestro Dios —que está delante del tabernáculo— puede usarse para ese propósito.
30Cuando el sacerdote Finees y los líderes de la comunidad —cabezas de los clanes de Israel— oyeron eso de boca de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la media tribu de Manasés, quedaron conformes. 31Finees, hijo del sacerdote Eleazar, les respondió:
—Hoy sabemos que el Señor está entre nosotros, porque ustedes no han cometido esa traición contra el Señor como nosotros habíamos pensado. En cambio, han rescatado a Israel de ser destruido por mano del Señor.
32Después Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y los otros líderes dejaron a la tribu de Rubén y a la tribu de Gad en Galaad y regresaron a la tierra de Canaán para contarles a los israelitas lo que había sucedido. 33Entonces todos los israelitas quedaron conformes y alabaron a Dios y no hablaron más de hacer guerra contra Rubén y Gad.
34La gente de Rubén y de Gad le puso al altar el nombre de «Testigo», porque dijeron: «Es un testigo entre nosotros y ellos de que el Señor es también nuestro Dios».

Josué 23:1-16

Palabras finales de Josué a Israel
1Pasaron los años, y el Señor le había dado al pueblo de Israel descanso de todos sus enemigos. Josué, quien ya era muy viejo, 2reunió a todos los ancianos, a los líderes, a los jueces y a los oficiales de Israel. Les dijo: «Ya estoy muy viejo. 3Ustedes han visto todo lo que el Señor su Dios hizo por ustedes a lo largo de mi vida. El Señor su Dios peleó por ustedes en contra de sus enemigos. 4Yo les he repartido, para que sea su hogar, toda la tierra de las naciones que aún no están conquistadas y también la de aquellas que ya hemos conquistado, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, donde se pone el sol. 5Esta tierra será de ustedes, porque el Señor su Dios, él mismo expulsará a toda la gente que ahora vive allí. Ustedes tomarán posesión de esta tierra, tal como el Señor su Dios lo prometió.
6»Por lo tanto, asegúrense de seguir todo lo que Moisés escribió en el libro de instrucción. No se desvíen de esas palabras ni a la derecha ni a la izquierda.7Asegúrense de no tener nada que ver con los otros pueblos que aún quedan en esta tierra. Ni siquiera mencionen los nombres de sus dioses y mucho menos juren por ellos, ni los sirvan, ni los adoren. 8Por el contrario, aférrense bien al Señor su Dios como lo han hecho hasta ahora.
9»Pues el Señor ha expulsado a naciones grandes y poderosas a favor de ustedes, y hasta ahora nadie ha podido derrotarlos. 10Cada uno de ustedes hará huir a mil hombres del enemigo, porque el Señor su Dios pelea por ustedes tal como lo prometió. 11Así que asegúrense de amar al Señor su Dios.
12»Pero si se apartan de él y se aferran a las costumbres de los sobrevivientes de esas naciones que aún quedan entre ustedes y se unen en matrimonio con ellos, 13entonces tengan por seguro que el Señor su Dios ya no expulsará a esos pueblos de su tierra. En cambio, ellos serán como una red y una trampa para ustedes, como un látigo en la espalda y como zarzas con espinas en los ojos, y ustedes desaparecerán de la buena tierra que el Señor su Dios les ha dado.
14»Dentro de poco moriré, seguiré el camino de todo ser viviente en este mundo. En lo profundo del corazón, ustedes saben que cada promesa del Señor su Dios se ha cumplido. ¡Ni una sola ha fallado! 15Pero así como el Señor su Dios les ha dado las buenas cosas que prometió, también traerá calamidad sobre ustedes si lo desobedecen. Los destruirá hasta eliminarlos por completo de esta buena tierra que les ha dado. 16Si rompen el pacto del Señor su Dios al adorar y al servir a otros dioses, su enojo arderá contra ustedes y pronto desaparecerán de la buena tierra que él les ha dado».

 

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Lucas 20:27-47

Discusión acerca de la resurrección
27Después se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección de los muertos.
28Le plantearon la siguiente pregunta:
—Maestro, Moisés nos dio una ley que dice que si un hombre muere y deja a una esposa sin haber tenido hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe. 29Ahora bien, supongamos que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos.30Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero él también murió. 31Luego el tercer hermano se casó con ella. Lo mismo sucedió con los siete, quienes murieron sin dejar hijos. 32Por último, la mujer también murió.33Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? ¡Pues los siete estuvieron casados con ella!
34Jesús respondió:
—El matrimonio es para las personas aquí en la tierra; 35pero en el mundo que vendrá, los que sean dignos de ser levantados de los muertos no se casarán, ni se darán en casamiento, 36ni volverán a morir. En este sentido, serán como ángeles. Ellos son hijos de Dios e hijos de la resurrección.
37»Ahora bien, en cuanto a si los muertos resucitarán, hasta Moisés demostró esto cuando escribió acerca de la zarza que ardía. Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieron, él se refirió al Señor como “el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. 38Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos, porque todos están vivos para él.
39«¡Bien dicho, Maestro!», comentaron algunos de los maestros de la ley religiosa que estaban allí. 40Y después nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
¿De quién es hijo el Mesías?
41Entonces Jesús les planteó una pregunta: «¿Cómo es que se dice que el Mesías es hijo de David? 42Pues David mismo escribió en el libro de los Salmos:
“El Señor le dijo a mi Señor:
Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
43hasta que humille a tus enemigos
y los ponga por debajo de tus pies”.
44»Si David llamó al Mesías “Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?».
45Entonces, mientras la multitud escuchaba, se dirigió a sus discípulos y les dijo:46«¡Cuídense de los maestros de la ley religiosa! Pues les gusta pavonearse en túnicas largas y sueltas y les encanta recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas. ¡Y cómo les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y sentarse a la mesa principal en los banquetes! 47Sin embargo, estafan descaradamente a las viudas para apoderarse de sus propiedades y luego pretenden ser piadosos haciendo largas oraciones en público. Por eso, serán castigados con más severidad».

 

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Salmo 89:14-37

14La rectitud y la justicia son el cimiento de tu trono;

el amor inagotable y la verdad van como séquito delante de ti.

15Felices son los que oyen el alegre llamado a la adoración,

porque caminarán a la luz de tu presencia, Señor.

16Todo el día se alegran de tu maravillosa fama;

se regocijan por tu justicia.

17Tú eres la fuerza gloriosa de ellos.

A ti te agrada hacernos fuertes.

18Así es, nuestra protección viene del Señor,

y él, el Santo de Israel, nos ha dado nuestro rey.

19Hace mucho tiempo hablaste a tu pueblo fiel en una visión.

Dijiste: «He levantado a un guerrero;

lo seleccioné de la gente común para que fuera rey.

20Encontré a mi siervo David;

lo ungí con mi aceite santo.

21Con mi mano lo mantendré firme,

con mi brazo poderoso, lo haré fuerte.

22Sus enemigos no lo vencerán

ni lo dominarán los malvados.

23Aplastaré a sus adversarios frente a él

y destruiré a los que lo odian.

24Mi fidelidad y mi amor inagotable lo acompañarán,

y con mi autoridad crecerá en poder.

25Extenderé su gobierno sobre el mar,

su dominio sobre los ríos.

26Y él clamará a mí: “Tú eres mi Padre,

mi Dios y la Roca de mi salvación”.

27Lo convertiré en mi primer hijo varón,

el rey más poderoso de la tierra.

28Lo amaré y le daré mi bondad para siempre;

mi pacto con él nunca tendrá fin.

29Me aseguraré de que tenga heredero;

su trono será interminable, como los días del cielo.

30Pero, si sus descendientes abandonan mis enseñanzas

y dejan de obedecer mis ordenanzas,

31si desobedecen mis decretos

y dejan de cumplir mis mandatos,

32entonces castigaré su pecado con vara

y su desobediencia con azotes.

33Pero jamás dejaré de amarlo

ni de cumplir la promesa que le hice.

34Por nada romperé mi pacto;

no retiraré ni una sola palabra que he dicho.

35Le hice un juramento a David

y por mi santidad no puedo mentir:

36su dinastía seguirá por siempre;

su reino perdurará como el sol.

37Será tan eterno como la luna,

¡la cual es mi fiel testigo en el cielo!»

Interludio

 

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