19 de Abril

 

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Josué 19:1 a 20:9
Lucas 19:28-48
Salmo 88
Proverbios 19

 

Josué 19

La tierra entregada a la tribu de Simeón
1La segunda asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Simeón para que fuera su hogar. Su territorio estaba rodeado por el de Judá.
2El territorio de Simeón incluía las ciudades de Beerseba, Seba, Molada, 3Hazar-sual, Bala, Ezem, 4Eltolad, Betul, Horma, 5Siclag, Bet-marcabot, Hazar-susa, 6Bet-lebaot y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas vecinas. 7También incluía: Aín, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas,8entre ellas, todas las aldeas vecinas hacia el sur hasta Baalat-beer (también conocida como Ramat del Neguev).
Esa fue la tierra asignada a los clanes de la tribu de Simeón para que fuera su hogar. 9La porción provino de una parte de la tierra que se le había entregado a Judá, porque el territorio de la tribu de Judá era demasiado grande para ellos. Así que la tribu de Simeón recibió su porción de tierra, dentro del territorio de Judá.
La tierra entregada a la tribu de Zabulón
10La tercera asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Zabulón para que fuera su hogar.
El límite del territorio de Zabulón comenzaba en Sarid. 11De allí, se dirigía al occidente, pasaba Marala, tocaba Dabeset y seguía hasta el arroyo situado al oriente de Jocneam.12En dirección opuesta, el límite iba al oriente, desde Sarid hasta la frontera de Quislot-tabor, y desde allí a Daberat, de donde subía hasta Jafía. 13Continuaba por el oriente hasta Gat-hefer, Itacazín y Rimón, y luego giraba hacia Nea. 14El límite norte de Zabulón pasaba Hanatón y terminaba en el valle de Jefte-el. 15Algunas de las ciudades que se incluían eran: Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; en total eran doce ciudades con sus aldeas vecinas.
16La tierra asignada a los clanes de la tribu de Zabulón para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
La tierra entregada a la tribu de Isacar
17La cuarta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Isacar.
18Su territorio incluía las siguientes ciudades: Jezreel, Quesulot, Sunem, 19Hafaraim, Sihón, Anaharat, 20Rabit, Quisión, Abez, 21Remet, En-ganim, En-hada y Bet-pases. 22El límite también tocaba Tabor, Sahazima y Bet-semes, y terminaba en el río Jordán; en total eran dieciséis ciudades con sus aldeas vecinas.
23La tierra asignada a los clanes de la tribu de Isacar para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
La tierra entregada a la tribu de Aser
24La quinta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Aser.
25Su territorio incluía las siguientes ciudades: Helcat, Halí, Betén, Acsaf, 26Alamelec, Amad y Miseal. El límite occidental tocaba Carmelo y Sihor-libnat,27luego giraba al oriente, hacia Bet-dagón, se extendía tan lejos como Zabulón, en el valle de Jefte-el, e iba al norte, hasta Bet-emec y Neiel. Después continuaba al norte, hacia Cabul, 28Abdón, Rehob, Hamón y Caná tan lejos como Gran Sidón. 29Luego el límite giraba en dirección a Ramá y a la fortaleza de Tiro, donde daba un giro hacia Hosa y llegaba al mar Mediterráneo. El territorio también incluía Majaleb, Aczib, 30Uma, Afec y Rehob; en total eran veintidós ciudades con sus aldeas vecinas.
31La tierra asignada a los clanes de la tribu de Aser para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
La tierra entregada a la tribu de Neftalí
32La sexta asignación de tierra se entregó a los clanes de la tribu de Neftalí.
33Su límite iba desde Jélef, desde el roble de Saananim, y se extendía por Adami-neceb y Jabneel tan lejos como Lacum, y terminaba en el río Jordán.34El límite occidental pasaba Aznot-tabor, luego Hucoc y tocaba la frontera con Zabulón al sur; la frontera con Aser al occidente; y el río Jordán al oriente. 35Las ciudades fortificadas que se incluían en ese territorio eran: Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret, 36Adama, Ramá, Hazor, 37Cedes, Edrei, En-hazor, 38Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes; en total eran diecinueve ciudades con sus aldeas vecinas.
39La tierra asignada a los clanes de la tribu de Neftalí para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
La tierra entregada a la tribu de Dan
40La séptima asignación se entregó a los clanes de la tribu de Dan.
41La tierra asignada para que fuera su hogar incluía las siguientes ciudades: Zora, Estaol, Irsemes,42Saalabín, Ajalón, Jetla, 43Elón, Timna, Ecrón,44Elteque, Gibetón, Baalat, 45Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón, 46Mejarcón, Racón y el territorio situado al otro lado de Jope.
47Pero los de la tribu de Dan tuvieron dificultades para tomar posesión de su tierra, así que atacaron la ciudad de Lais. La tomaron, masacraron a todos sus habitantes y se establecieron allí. Entonces cambiaron el nombre de la ciudad y le pusieron Dan en honor a su antepasado.
48La tierra asignada a los clanes de la tribu de Dan para que fuera su hogar incluía esas ciudades con sus aldeas vecinas.
La tierra entregada a Josué
49Una vez que toda la tierra quedó dividida entre las tribus, los israelitas le dieron una porción a Josué. 50Pues el Señor había dicho que Josué podía tener la ciudad que quisiera. Entonces él eligió Timnat-sera en la zona montañosa de Efraín. Reconstruyó la ciudad y vivió allí.
51Esos son los territorios que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de las tribus les asignaron a las tribus de Israel como porciones de tierra mediante un sorteo sagrado en presencia del Señor a la entrada del tabernáculo, en Silo. Así se dio por terminada la división de la tierra.

Josué 20...

Ciudades de refugio
1El Señor le dijo a Josué: 2«Ahora diles a los israelitas que designen ciudades de refugio, tal como le indiqué a Moisés. 3Cualquier persona que mate a otra por accidente y sin intención podrá huir a una de esas ciudades; serán lugares para refugiarse de parientes que busquen venganza por la muerte de un familiar.
4»Al llegar a una de esas ciudades, el que causó la muerte se presentará ante los ancianos en la puerta de la ciudad y les expondrá su caso. Ellos deberán permitirle la entrada a la ciudad y darle un lugar para vivir entre sus habitantes. 5Si los parientes de la víctima llegan para vengar la muerte, los líderes no les entregarán al acusado. Pues el acusado mató al otro sin intención y sin enemistad previa. 6Pero tendrá que quedarse en esa ciudad y ser juzgado por la asamblea local, la cual dará el veredicto. Y seguirá viviendo allí hasta que muera el sumo sacerdote que estaba ejerciendo su cargo cuando ocurrió el accidente. Solo entonces será libre para regresar a su hogar en la ciudad de donde huyó».
7Entonces se designaron las siguientes ciudades de refugio: Cedes de Galilea, en la zona montañosa de Neftalí; Siquem, en la zona montañosa de Efraín; y Quiriat-arba (también llamada Hebrón), en la zona montañosa de Judá. 8Al oriente del río Jordán, frente a Jericó, se designaron las siguientes ciudades: Beser, en la llanura desértica de la tribu de Rubén; Ramot, en Galaad, en el territorio de la tribu de Gad; y Golán, en Basán, en la tierra de la tribu de Manasés. 9Esas ciudades quedaron apartadas para todos los israelitas y también para los extranjeros que vivían entre ellos. Cualquier persona que matara a otra por accidente podía refugiarse en una de esas ciudades; de esa manera, evitaba que le quitaran la vida por venganza antes de ser juzgada frente a la asamblea local.

 

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Lucas 19:28-48

Entrada triunfal de Jesús
28Después de contar esa historia, Jesús siguió rumbo a Jerusalén, caminando delante de sus discípulos. 29Al llegar a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos, mandó a dos discípulos que se adelantaran.30«Vayan a la aldea que está allí —les dijo—. Al entrar, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí. 31Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”».
32Así que ellos fueron y encontraron el burrito tal como lo había dicho el Señor. 33Y, efectivamente, mientras lo desataban, los dueños les preguntaron:
—¿Por qué desatan ese burrito?
34Y los discípulos simplemente contestaron:
—El Señor lo necesita.
35Entonces le llevaron el burrito a Jesús y pusieron sus prendas encima para que él lo montara.
36A medida que Jesús avanzaba, la multitud tendía sus prendas sobre el camino delante de él. 37Cuando llegó a donde comienza la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores empezaron a gritar y a cantar mientras alababan a Dios por todos los milagros maravillosos que habían visto.
38«¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del Señor!
¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!».
39Algunos de los fariseos que estaban entre la multitud decían:
—¡Maestro, reprende a tus seguidores por decir cosas como esas!
40Jesús les respondió:
—Si ellos se callaran, las piedras a lo largo del camino se pondrían a aclamar.
Jesús llora por Jerusalén
41Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo: 42«¡Cómo quisiera que hoy tú, entre todos los pueblos, entendieras el camino de la paz! Pero ahora es demasiado tarde, y la paz está oculta a tus ojos. 43No pasará mucho tiempo antes de que tus enemigos construyan murallas que te rodeen y te encierren por todos lados. 44Te aplastarán contra el suelo, y a tus hijos contigo. Tus enemigos no dejarán una sola piedra en su lugar, porque no aceptaste tu oportunidad de salvación».
Jesús despeja el templo
45Luego Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que vendían animales para los sacrificios. 46Les dijo:«Las Escrituras declaran: “Mi templo será una casa de oración”, pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones».
47Después de eso, enseñó todos los días en el templo, pero los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa, junto con los otros líderes del pueblo, comenzaron a planificar cómo matarlo; 48pero no se les ocurría nada, porque el pueblo prestaba mucha atención a cada palabra que él decía.

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Salmo 88

Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré. Cántico; entónese con la melodía de «El sufrimiento de la aflicción». Salmode Hemán el ezraíta.

1Oh Señor, Dios de mi salvación,

a ti clamo de día.

A ti vengo de noche.

2Oye ahora mi oración;

escucha mi clamor.

3Mi vida está llena de dificultades,

y la muerte se acerca.

4Estoy como muerto,

como un hombre vigoroso al que no le quedan fuerzas.

5Me han dejado entre los muertos,

y estoy tendido como un cadáver en la tumba.

Soy olvidado,

estoy separado de tu cuidado.

6Me arrojaste a la fosa más honda,

a las profundidades más oscuras.

7Tu ira me oprime;

con una ola tras otra me has cercado.

Interludio

8Alejaste a mis amigos

al hacerme repulsivo para ellos.

Estoy atrapado y no hay forma de escapar.

9Los ojos se me cegaron de tantas lágrimas.

Cada día suplico tu ayuda, oh Señor;

levanto a ti mis manos para pedir misericordia.

10¿Acaso tus obras maravillosas sirven de algo a los muertos?

¿Se levantan ellos y te alaban?

Interludio

11¿Pueden anunciar tu amor inagotable los que están en la tumba?

¿Pueden proclamar tu fidelidad en el lugar de destrucción?

12¿Puede la oscuridad hablar de tus obras maravillosas?

¿Puede alguien en la tierra del olvido contar de tu justicia?

13Oh Señor, a ti clamo;

seguiré rogando día tras día.

14Oh Señor, ¿por qué me rechazas?

¿Por qué escondes tu rostro de mí?

15Desde mi juventud, estoy enfermo y al borde de la muerte.

Me encuentro indefenso y desesperado ante tus terrores.

16Tu ira feroz me ha abrumado;

tus terrores me paralizaron.

17Todo el día se arremolinan como las aguas de una inundación

y me han cercado por completo.

18Me has quitado a mis compañeros y a mis seres queridos;

la oscuridad es mi mejor amiga.

 

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