5 Lot, quien viajaba con Abram, también se había enriquecido mucho con
rebaños de ovejas y de cabras, manadas de ganado y muchas carpas. 6 Pero
la tierra no era suficiente para sustentar a Abram y a Lot si ambos vivían tan
cerca el uno del otro con todos sus rebaños y manadas. 7 Entonces
surgieron disputas entre los que cuidaban los animales de Abram y los que
cuidaban los de Lot. (En aquel tiempo, también vivían en la tierra los cananeos
y los ferezeos).
8 Finalmente, Abram le dijo a Lot: «No permitamos que este conflicto se
interponga entre nosotros o entre los que cuidan nuestros animales. Después de
todo, ¡somos parientes cercanos! 9 Toda
la región está a tu disposición. Escoge la parte de la tierra que prefieras, y
nos separaremos. Si tú quieres la tierra a la izquierda, entonces yo tomaré la
tierra de la derecha. Si tú prefieres la tierra de la derecha, yo me iré a la
izquierda».
10 Lot miró con detenimiento las fértiles llanuras del valle del Jordán en
dirección a Zoar. Toda esa región tenía abundancia de agua, como el jardín del Señor o
la hermosa tierra de Egipto. (Esto ocurrió antes de que el Señordestruyera
Sodoma y Gomorra). 11 Lot
escogió para sí todo el valle del Jordán, que estaba situado al oriente. Se
separó de su tío Abram y se mudó allí con sus rebaños y sus siervos. 12 Entonces
Abram se estableció en la tierra de Canaán, y Lot movió sus carpas a un lugar
cerca de Sodoma y se estableció entre las ciudades de la llanura. 13 Pero
los habitantes de esa región eran sumamente perversos y no dejaban de pecar
contra el Señor.
14 Después de que Lot se fue, el Señor le
dijo a Abram: «Mira lo más lejos que puedas en todas las direcciones: al norte y
al sur, al oriente y al occidente.15 Yo
te doy toda esta tierra, tan lejos como alcances a ver, a ti y a tu descendencia como
posesión permanente. 16 ¡Y
te daré tantos descendientes que, como el polvo de la tierra, será imposible
contarlos! 17 Recorre
toda la tierra en cada dirección, pues yo te la entrego».
18 Entonces Abram mudó su campamento a Hebrón y se estableció cerca del
robledo que pertenecía a Mamre, y allí construyó otro altar al Señor.
Génesis 14
Génesis 15
Pacto del Señor con
Abram
Tiempo después, el Señor le
habló a Abram en una visión y le dijo:
—No temas, Abram, porque yo te protegeré, y tu recompensa será grande.
2 Abram le respondió:
—Oh Señor Soberano,
¿de qué sirven todas tus bendiciones si ni siquiera tengo un hijo? Ya que tú no
me has dado hijos, Eliezer de Damasco, un siervo de los de mi casa, heredará
toda mi riqueza. 3 Tú
no me has dado descendientes propios, así que uno de mis siervos será mi
heredero.
4 Después el Señor le
dijo:
—No, tu siervo no será tu heredero, porque tendrás un hijo propio, quien será tu
heredero.
5 Entonces el Señor llevó
a Abram afuera y le dijo:
—Mira al cielo y, si puedes, cuenta las estrellas. ¡Esa es la cantidad de
descendientes que tendrás!
6 Y Abram creyó al Señor,
y el Señor lo
consideró justo debido a su fe.
7 Entonces el Señor le
dijo:
—Yo soy el Señor que
te sacó de Ur de los caldeos para darte esta tierra como posesión.
8 Pero Abram respondió:
—Oh Señor Soberano,
¿cómo puedo estar seguro de que realmente voy a poseerla?
9 Y el Señor le
dijo:
—Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres
años, una tórtola y un pichón de paloma.
10 Entonces Abram le presentó todos esos animales y los mató. Luego partió
a cada animal por la mitad y puso las mitades una al lado de la otra; sin
embargo, no partió a las aves por la mitad. 11 Algunos
buitres se lanzaron en picada para comerse a los animales muertos, pero Abram
los espantó.
12 Al ponerse el sol, Abram se durmió profundamente, y descendió sobre él
una oscuridad aterradora. 13 Después
el Señor dijo
a Abram: «Ten por seguro que tus descendientes serán extranjeros en una tierra
ajena, donde los oprimirán como esclavos durante cuatrocientos años; 14 pero
yo castigaré a la nación que los esclavice, y al final saldrán con muchas
riquezas. 15 En
cuanto a ti, morirás en paz y serás enterrado en buena vejez. 16 Cuando
hayan pasado cuatro generaciones, tus descendientes regresarán aquí, a esta
tierra, porque los pecados de los amorreos no ameritan aún su destrucción».
17 Después de que el sol se puso y cayó la oscuridad, Abram vio un horno
humeante y una antorcha ardiente que pasaban entre las mitades de los animales
muertos. 18 Entonces
el Señor hizo
un pacto con Abram aquel día y dijo: «Yo he entregado esta tierra a tus
descendientes, desde la frontera de Egipto hasta
el gran río Éufrates, 19 la
tierra que ahora ocupan los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los
hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los
amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos».