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Algunas personas son eternos "receptores" y nunca "dadores". Su
actitud es que todos les deben algo, y se quejan, fastidian y
agreden a quienes no se sienten obligados a responder a esto.
A menudo, el egoísmo de esas personas conduce a la reprensión por
parte de Dios. El profeta Hageo se dirigió a aquellos que solo
buscaban que sus propias casas mejoraran y no la casa de Dios.
Él dijo: "Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales:
«¡Miren lo que les está pasando! Han sembrado mucho pero cosechado
poco; comen pero no quedan satisfechos; beben pero aún tienen sed;
se abrigan pero todavía tienen frío. Sus salarios desaparecen, ¡como
si los echaran en bolsillos llenos de agujeros!»" (Hageo 1:5-6).
Dios tuvo que suspender su bendición a su pueblo con el fin de
enseñarles que su reino era lo primero.
Darle a una "sanguijuela" que se opone al reino de Dios y que es
sólo un "receptor" es una causa perdida. Una persona así no
prosperará. Alguien dijo una vez: "Si usted se frota en forma
equivocada, ¡cambie el gato de lugar!"
Conviértase en un dador y verá a Dios a sellar los agujeros en sus
bolsillos.
353 días pasaron. ¡Quedan solo 12!
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