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Las veintidós letras del alfabeto hebreo se utilizan para iniciar
los veintiséis versos del Salmo 136. Veinte y seis veces el Espíritu
Santo quiere que sepamos que "su fiel amor perdura para siempre."
Esto debe quedar marcado en nuestras mentes y corazones, ahora y
siempre.
En marcado contraste con este mensaje es la increíble sentencia del
séptimo sello (Apocalipsis 8). Muerte, oscuridad y desesperación
devorarán la tierra con granizo de fuego, estrellas cayendo, y aguas
amargas. ¿De qué manera este juicio muestra un Dios cuyo amor
perdura para siempre? Nahum nos da la respuesta: "El Señor es lento
para enojarse, pero su poder es grande y nunca deja sin castigo al
culpable.
Da muestras de su poder en el torbellino y la tormenta; las nubes
ondulantes son el polvo bajo sus pies." (Nahum 1:3). ¡Dios muestra
su amor al esperar tanto tiempo para imponer juicio!
Siglos han pasado con gran paciencia de Dios, restringiendo el
juicio retenido, así como Él lo retuvo en los días de Noé. Dios
también esperó pacientemente al faraón, aunque Él "mató a los
primogénitos de Egipto" (Salmo 136:10). La vieja idea de que un Dios
de amor no puede mostrar ira es erróneo.
Su amor se demuestra por el hecho de que Él espera tanto tiempo para
mostrarla, pero el amor de Dios "¡perdura para siempre!"
350 días pasaron. ¡Quedan solo 15!
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