|
Algunas señales nos indican que alguien verdaderamente ha nacido de
nuevo.
La primera es la victoria sobre áreas de pecado habitual: "Los que
han nacido en la familia de Dios no se caracterizan por practicar el
pecado, porque la vida de Dios está en ellos. Así que no pueden
seguir pecando, porque son hijos de Dios." (1 Juan 3:9). La
verdadera conversión no significa perfección sin pecado. Más bien,
significa que una persona ha abandonado los pecados habituales que
una vez lo esclavizaron.
El segundo signo de la verdadera conversión es el amor a los
hermanos: "Si amamos a nuestros hermanos creyentes, eso demuestra
que hemos pasado de muerte a vida; pero el que no tiene amor sigue
muerto" (v. 14). Cuando venimos a Cristo, se han ido todas las
actitudes de odio y prejuicios.
El tercer signo de la conversión genuina es la generosidad. El dar
está directamente conectado con el amor, porque el amor siempre se
manifiesta en el dar. 1ª Juan 3:17 nos dice: "Si alguien tiene
suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad
pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en
esa persona?" Un espíritu alegre, afectuoso, gozoso, que comparte...
es una evidencia física del nuevo nacimiento.
Una última señal del nuevo nacimiento es la confianza ante Dios por
las cosas que se piden en oración (vv. 21-22). El creyente no
muestra una fe tímida o vacilante, sino una posición valiente y
decidida, confiando en la gracia.
Seguí estas cuatro señales ¡y seguramente te llevarán a los
verdaderos creyentes!
Cumplí estas cuatro señales ¡y seguramente serás un verdadero
creyente!
336 días pasaron. ¡Quedan solo 29!
|