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Hebreos 4 revela que el descanso es un bien muy preciado, derivado
primeramente de una promesa (v. 1). Las promesas de Dios pueden
darnos descanso y calmar nuestras mentes cuando estamos preocupados.
Después de que recibamos la promesa, sin embargo, hay que combinarla
con la fe (v. 2). La fe es el "combustible" en nuestro "motor" que
trae la promesa a la vida. Una promesa sin fe no tiene poder, de la
misma manera que un motor sin combustible no funciona.
Sabemos que nuestra fe está activando una promesa cuando el
resultado es el descanso. "Pues solo los que creemos podemos entrar
en su descanso." (v. 3). En el momento en que nuestra fe se mezcla
con una promesa, un perfecto descanso entra en nuestros corazones.
Toda la ansiedad, frustración, miedo y preocupación salen, y el
descanso de Dios es nuestro.
¡Dios no está preocupado por los problemas! Cuando creemos Su
Palabra, entramos en su reposo. Por lo tanto, cuando estamos
preocupados debemos llevar la promesa al trono de Dios, mezclarla
con la fe, y sentarse en silencio en el reposo de Dios hasta que Él
le dé forma.
"¡Hagamos todo lo posible por entrar en ese descanso!" (Hebreos
4:11)
305 días pasaron. Quedan solo 60.
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