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La gloria de Dios es impresionante. Ezequiel vio a las criaturas
vivientes que se mueven a la velocidad de la luz en las ruedas
llenas de ojos. Fuego, viento y relámpagos se arremolinaban
alrededor de las criaturas, mientras que por encima de ellos estaba
el trono de Dios asentado en un piso de cristal.
¡Qué espectáculo glorioso!
El Salmo 104:3 también describe la gloria impresionante de Dios:
"Haces de las nubes tu carro de guerra; cabalgas sobre las alas del
viento"
Podemos contrastar la naturaleza gloriosa de Dios con la naturaleza
rebelde de la humanidad. Dios llamó a los israelitas "un pueblo
terco y duro de corazón." (Ezequiel 2:4). Cuando los israelitas
estaban en el desierto se rebelaron contra Moisés, a pesar de que
podían ver literalmente la nube y fuego por encima de ellos día y
noche.
La humanidad debe derretirse como la cera ante la gloria
impresionante del Dios Todopoderoso, pero en su lugar, la gente
endurece sus corazones y se rebela. El mensaje del Espíritu Santo es
"Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón
como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron, aquel día que
me pusieron a prueba en el desierto." (Hebreos 3:7-8.
Suavizá tu corazón hoy y escuchá Su voz. Un día verás su gloria
¡cara a cara!
304 días pasaron. Quedan solo 61.
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