El Propósito puede hacer una gran diferencia en la vida de una
persona. La tripulación de la nave de Pablo había perdido toda
esperanza de salvarse después de ser lanzados sin
descanso a una poderosa tormenta durante dos semanas (Hechos 27:20). Sin embargo,
Pablo no se movió. Sabía que tenía un propósito que cumplir, porque
un ángel había hablado con él, diciéndole que "...ciertamente
serás juzgado ante el César" (v. 24).
Creyendo que nada podía hacer
fracasar lo que Dios había determinado, Pablo animó a todos a su
alrededor que todo iría bien.
Cuando las circunstancias de la vida no pueden alinearse con tus
expectativas, podés sentirte atrapado, y el mundo se convierte en un
lugar sin esperanza. Sin embargo, Dios tiene un plan para vos, y
cuando encuentres tu propósito en la vida, las circunstancias
adversas tendrán sentido. No importa la dificultad, Satanás no puede
evitar que cumplas tu propósito.
En Hechos 27:28, cuando toda esperanza parecía haberse ido, de
repente apareció un ligero cambio: la profundidad del agua
disminuyó. A medida que te aferres a tu propósito y la promesa de
Dios, de repente la batalla fará un vuelco. Puede parecer casi
imperceptible al principio, pero nada va a detener a Dios de cumplir
sus propósitos.
Eso es exactamente lo que David experimentó. Después de todos los
años de sus enfrentamientos con Saúl, el día finalmente llegó cuando Dios
quitó a Saúl de la escena y "le entregó el reino a David" (1
Crónicas 10:14).
Mantené tu rumbo. Dios no ha terminado contigo todavía!
190 días pasaron! Quedan 175.
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