Compartir

Devocional 17/04
Lectura del día
 

 

Al igual que Caleb, Bartimeo era un hombre perseverante. Se negó a dejar de clamar por misericordia incluso cuando otros le exigieron que lo hiciera (Lucas 18:39). Él sabía que Jesús era "tan bueno, tan dispuesto a perdonar, tan lleno de misericordia" (Salmo 86:5) para todos los que invocaron su nombre.

Para llamar la atención de este Dios de la misericordia, tu clamor no debe menguar sino permanecer ferviente. Esa persistencia atrae la compasión de Dios. Una petición a medias puede impresionar al mundo, pero Dios sabe cuando se ha llegado a un punto de desesperación.

Bartimeo estaba cansado de la ceguera y no le preocupaba nada la opinión pública. Su ferviente súplica llamó la atención del Hijo de Dios, y su milagro trajo mucha gloria a Dios. La mujer con el flujo de sangre mostró la misma determinación cuando tocó el borde del manto de Jesús.

Recordá las palabras del Salmo 86:17: "Envíame una señal de tu favor. Entonces, los que me odian pasarán vergüenza, porque tú, oh Señor, me ayudas y me consuelas."

Seguí clamando fervientemente, porque el Dios de la misericordia te está escuchando.

106 días pasaron ya. Restan 259 para seguir clamando...

 

Compartir

 

Iglesia Cristiana Centro de Restauración · ICCR · Florencio Varela · Argentina · +54 (011) 4287 4106 · contacto@iglesiarestauracion.com.ar