Devocional 15/01
Lectura del día
 

 

Jesús nos enseñó que servir a Dios podría resultar costoso en las relaciones familiares. Jacob aprendió esta dolorosa lección cuando su familia cercana se convirtió en la fuente inmediata de sus mayores problemas. Su suegro Labán lo engañó, estafó, abusó de él, e incluso lo persiguió cuando salió (Génesis 31:23). En otro caso, su hermano Esaú parecía estar enojado hasta el punto de la venganza cuando vino a encontrarse con Jacob con cuatrocientos hombres. ¿El resultado en ambas situaciones? Dios intervino en nombre de Jacob! Labán fue reprendido en un sueño: "Te advierto que dejes en paz a Jacob" (Génesis 31:23-24). Esaú recibió a Jacob con lágrimas y besos (Génesis 33:4).

Jesús dijo a sus discípulos que decidieran si lo amaban más a él o a sus parientes. Debido a que esta circunstancia puede darse cuando un pariente se aparta del camino del Señor, nosotros, también, debemos optar por seguir el "camino estrecho". Esto no quiere decir que nosotros intencionalmente dejemos de lado a nuestros parientes, solo que debemos estar totalmente preparados para ser rechazados o mal entendidos por ellos.

Dios ayudó a Jacob con Labán y con Esaú. Si estás teniendo un conflicto familiar, ¡Él te ayudará también!

 

14 días pasaron...  restan 351 para cumplir el propósito de Dios en tu vida.

 

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