7 de Noviembre
 

<

 

>

Salmo 105:16-36

 

Ezequiel 16:42-63

42»”Finalmente desahogaré mi furia contra ti, y se calmará el enojo de mis celos. Quedaré tranquilo y ya no estaré enojado contigo. 43No obstante, primero, te daré tu merecido por todos tus pecados, porque no recordaste los días de tu juventud, sino que me hiciste enojar con todas esas maldades, dice el Señor Soberano. Pues a todos tus pecados detestables les sumaste actos depravados.44Todos los que compongan refranes dirán de ti: “De tal madre, tal hija”. 45Pues tu madre despreció a su esposo y a sus hijos, y tú hiciste lo mismo. Eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus esposos y a sus hijos. Queda claro que tu madre era hitita, y tu padre amorreo.
46»”Tu hermana mayor fue Samaria, que vivía con sus hijas en el norte. Tu hermana menor fue Sodoma, que vivía con sus hijas en el sur. 47Ahora bien, tú no solo pecaste igual que ellas sino que tu corrupción pronto las superó.48Tan cierto como que yo vivo, dice el SeñorSoberano, Sodoma y sus hijas nunca fueron tan perversas como tú y tus hijas. 49Los pecados de Sodoma eran el orgullo, la glotonería y la pereza, mientras que afuera sufrían los pobres y los necesitados. 50Ella fue arrogante y cometió pecados detestables, por eso la destruí, como has visto.
51»”Ni siquiera Samaria cometió la mitad de tus pecados. Tú has hecho cosas mucho más detestables de las que hicieron tus hermanas; ahora ellas parecen rectas en comparación contigo. 52¡Debería darte vergüenza! Tus pecados son tan terribles que haces que tus hermanas parezcan rectas, hasta virtuosas.
53»”Sin embargo, algún día restauraré el bienestar de Sodoma y de Samaria, y también te restauraré a ti.54Entonces realmente te avergonzarás de todo lo que has hecho, pues tus pecados hacen que ellas se sientan bien al compararse contigo.55Así es, tus hermanas, Sodoma y Samaria, serán restauradas junto con todos sus habitantes y en ese tiempo también te restauraré a ti. 56Cuando eras tan orgullosa, despreciabas a Sodoma; 57pero ahora tu peor perversidad quedó a la vista de todo el mundo y eres tú la despreciada, tanto por los edomitas y todos sus vecinos como por los filisteos. 58Este será el castigo por tu lascivia y tus pecados detestables, dice el Señor.
59»”Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: te daré tu merecido, pues tomaste tus votos solemnes a la ligera al romper el pacto. 60Sin embargo, recordaré el pacto que hice contigo cuando eras joven y estableceré contigo un pacto eterno. 61Entonces recordarás con vergüenza todo el mal que hiciste. Haré que tus hermanas, Samaria y Sodoma, sean hijas tuyas, aunque no formen parte de nuestro pacto.62Reafirmaré mi pacto contigo y sabrás que yo soy el Señor. 63Recordarás tus pecados y te cubrirás la boca enmudecida de vergüenza, cuando te perdone por todo lo que hiciste. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».

 

Ezequiel 17

 

Relato de las dos águilas
1Luego recibí el siguiente mensaje del Señor:2«Hijo de hombre, propón este enigma y cuenta este relato a los israelitas. 3Diles de parte del Señor Soberano:
»“Un águila grande con alas anchas y plumas largas,
cubierta de plumaje de varios colores,
llegó al Líbano.
Agarró la copa de un cedro
4y arrancó la rama más alta.
Se la llevó a una ciudad llena de mercaderes.
La plantó en una ciudad de comerciantes.
5También tomó de la tierra una planta de semillero
y la sembró en tierra fértil.
La colocó junto a un río ancho,
donde podría crecer como un sauce.
6Allí echó raíces y creció
hasta convertirse en una amplia vid de poca altura.
Sus ramas se extendieron hacia arriba, en dirección al águila,
y sus raíces penetraron en el suelo.
Produjo ramas robustas
y le salieron retoños.
7Pero luego llegó otra águila grande
con alas anchas y cubierta de plumaje.
Entonces la vid extendió las raíces y las ramas
hacia esa águila para obtener agua,
8aunque ya estaba plantada en buena tierra
y tenía agua en abundancia
para crecer y convertirse en una vid espléndida
y producir hojas frondosas y frutos suculentos”.
9»Así que ahora el Señor Soberano pregunta:
“¿Crecerá y prosperará esa vid?
¡No! ¡Yo la arrancaré de raíz!
Cortaré sus frutos
y dejaré que se le sequen y marchiten las hojas.
La arrancaré fácilmente
sin necesidad de un brazo fuerte ni de un gran ejército.
10Pero cuando la vid sea trasplantada,
¿volverá a florecer?
No, se secará
cuando el viento del oriente sople contra ella.
Morirá en la misma tierra fértil
donde había crecido tan bien”».
Explicación del enigma
11Luego recibí este mensaje del Señor:12«Diles a esos rebeldes de Israel: “¿No entienden lo que significa este enigma de las águilas? El rey de Babilonia vino a Jerusalén y se llevó al rey y a los príncipes a Babilonia.13Hizo un tratado con un miembro de la familia real y lo obligó a jurarle lealtad. También desterró a los líderes más influyentes de Israel,14para que Israel no se fortaleciera nuevamente y se rebelara. Solo si cumplía su tratado con Babilonia podría Israel sobrevivir.
15»”Sin embargo, este israelita de la familia real se rebeló contra Babilonia y envió embajadores a Egipto para solicitar un gran ejército con muchos caballos. ¿Acaso podrá Israel dejar de cumplir los tratados que hizo bajo juramento sin que haya consecuencias? 16¡No! Porque tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, el rey de Israel morirá en Babilonia: el territorio del rey que lo puso en el trono y con quien hizo un tratado que despreció y no cumplió. 17Ni el faraón con su poderoso ejército podrá ayudar a Israel cuando el rey de Babilonia vuelva a sitiar a Jerusalén y mate a mucha gente. 18Pues el rey de Israel despreció el tratado y no lo cumplió aun después de jurar que lo haría; así que no escapará.
19»”Entonces esto dice el Señor Soberano: tan cierto como que yo vivo, lo castigaré por no cumplir mi pacto y por despreciar el juramento solemne que hizo en mi nombre. 20Arrojaré mi red sobre él y lo capturaré en mi trampa. Lo llevaré a Babilonia y lo juzgaré por haberme traicionado. 21Todos sus mejores guerreros morirán en batalla y los que sobrevivan serán esparcidos a los cuatro vientos. Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor, he hablado.
22»”Esto dice el SeñorSoberano: tomaré una rama de la copa de un cedro alto y la plantaré sobre la cumbre de la montaña más alta de Israel. 23Se convertirá en un cedro majestuoso, extenderá sus ramas y producirá semillas. Toda clase de aves anidarán en él y encontrarán refugio a la sombra de sus ramas. 24Todos los árboles sabrán que soy yo, el Señor, quien tala el árbol alto y hace crecer alto el árbol pequeño. Soy yo quien hace secar el árbol verde y le da vida al árbol seco. ¡Yo, el Señor, he hablado y cumpliré lo que he dicho!”».

 

.IR ARRIBA

Hebreos 8

Cristo es nuestro Sumo Sacerdote
1El punto principal es el siguiente: tenemos un sumo sacerdote quien se sentó en el lugar de honor, a la derecha del trono del Dios majestuoso en el cielo. 2Allí sirve como ministro en el tabernáculo del cielo, el verdadero lugar de adoración construido por el Señor y no por manos humanas.
3Ya que es deber de todo sumo sacerdote presentar ofrendas y sacrificios, nuestro Sumo Sacerdote también tiene que presentar una ofrenda. 4Si estuviera aquí en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas que exige la ley. 5Ellos sirven dentro de un sistema de adoración que es solo una copia, una sombra del verdadero, que está en el cielo. Pues cuando Moisés estaba por construir el tabernáculo, Dios le advirtió lo siguiente: «Asegúrate de hacer todo según el modelo que te mostré aquí en la montaña».
6Pero ahora a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, se le ha dado un ministerio que es muy superior al sacerdocio antiguo porque él es mediador a nuestro favor de un mejor pacto con Dios basado en promesas mejores.
7Si el primer pacto no hubiera tenido defectos, no habría sido necesario reemplazarlo con un segundo pacto. 8Pero cuando Dios encontró defectos en el pueblo, dijo:
«Llegará el día, dice el Señor,
en que haré un nuevo pacto
con el pueblo de Israel y de Judá.
9Este pacto no será como el que
hice con sus antepasados
cuando los tomé de la mano
y los saqué de la tierra de Egipto.
Ellos no permanecieron fieles a mi pacto,
por eso les di la espalda, dice el Señor.
10Pero este es el nuevo pacto que haré
con el pueblo de Israel en ese día—dice el Señor—:
Pondré mis leyes en su mente
y las escribiré en su corazón.
Yo seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo.
11Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos
ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes,
diciendo: “Deberías conocer al Señor”.
Pues todos ya me conocerán,
desde el más pequeño hasta el más grande.
12Y perdonaré sus maldades
y nunca más me acordaré de sus pecados».
13Cuando Dios habla de un «nuevo» pacto, quiere decir que ha hecho obsoleto al primero, el cual ha caducado y pronto desaparecerá.

 

IR ARRIBA

Salmo 105:16-36

16Mandó hambre a la tierra de Canaán,
y cortó la provisión de alimentos.
17Luego envió a un hombre a Egipto delante de ellos:
a José, quien fue vendido como esclavo.
18Le lastimaron los pies con grilletes
y en el cuello le pusieron un collar de hierro.
19Hasta que llegó el momento de cumplir sus sueños,
el Señor puso a prueba el carácter de José.
20Entonces el faraón mandó a buscarlo y lo puso en libertad;
el gobernante de la nación le abrió la puerta de la cárcel.
21José quedó a cargo de toda la casa del rey;
llegó a ser el administrador de todas sus posesiones.
22Con total libertad instruía a los asistentes del rey
y enseñaba a los consejeros del rey.
23Luego Israel llegó a Egipto;
Jacob vivió como extranjero en la tierra de Cam.
24Y el Señor multiplicó a los israelitas
hasta que llegaron a ser más poderosos que sus enemigos.
25Después puso a los egipcios en contra del pueblo de Israel,
y ellos conspiraron contra los siervos del Señor.
26Pero el Señor envió a su siervo Moisés,
junto con Aarón, a quien había escogido.
27Ellos realizaron señales asombrosas entre los egipcios,
y maravillas en la tierra de Cam.
28El Señor cubrió a Egipto con oscuridad,
porque los egipcios desobedecieron las órdenes de dejar ir a su pueblo.
29Convirtió sus aguas en sangre
y envenenó a todos los peces.
30Luego las ranas infestaron la tierra
y hasta invadieron las habitaciones del rey.
31Cuando el Señor habló, enjambres de moscas descendieron sobre los egipcios,
y hubo una nube de mosquitos por todo Egipto.
32Les envió granizo en lugar de lluvia,
y destellaron relámpagos sobre la tierra.
33Arruinó sus vides y sus higueras
y destrozó todos los árboles.
34Habló, y vinieron oleadas de langostas,
langostas jóvenes en cantidades innumerables.
35Se comieron todo lo verde que había en la tierra
y destruyeron todos los cultivos de los campos.
36Después mató al hijo mayor de cada hogar egipcio,

 

 

<

>

 

Compartir

 

Iglesia Cristiana Centro de Restauración · ICCR · Florencio Varela · Argentina · +54 (011) 4287 4106 · contacto@iglesiarestauracion.com.ar