42»”Finalmente
desahogaré mi furia contra ti, y se calmará el enojo de mis
celos. Quedaré tranquilo y ya no estaré enojado contigo. 43No
obstante, primero, te daré tu merecido por todos tus
pecados, porque no recordaste los días de tu juventud, sino
que me hiciste enojar con todas esas maldades, dice el Señor Soberano.
Pues a todos tus pecados detestables les sumaste actos
depravados.44Todos
los que compongan refranes dirán de ti: “De tal madre, tal
hija”. 45Pues
tu madre despreció a su esposo y a sus hijos, y tú hiciste
lo mismo. Eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus
esposos y a sus hijos. Queda claro que tu madre era hitita,
y tu padre amorreo.
46»”Tu
hermana mayor fue Samaria, que vivía con sus hijas en el
norte. Tu hermana menor fue Sodoma, que vivía con sus hijas
en el sur. 47Ahora
bien, tú no solo pecaste igual que ellas sino que tu
corrupción pronto las superó.48Tan
cierto como que yo vivo, dice el SeñorSoberano,
Sodoma y sus hijas nunca fueron tan perversas como tú y tus
hijas. 49Los
pecados de Sodoma eran el orgullo, la glotonería y la
pereza, mientras que afuera sufrían los pobres y los
necesitados. 50Ella
fue arrogante y cometió pecados detestables, por eso la
destruí, como has visto.
51»”Ni
siquiera Samaria cometió la mitad de tus pecados. Tú has
hecho cosas mucho más detestables de las que hicieron tus
hermanas; ahora ellas parecen rectas en comparación contigo. 52¡Debería
darte vergüenza! Tus pecados son tan terribles que haces que
tus hermanas parezcan rectas, hasta virtuosas.
53»”Sin
embargo, algún día restauraré el bienestar de Sodoma y de
Samaria, y también te restauraré a ti.54Entonces
realmente te avergonzarás de todo lo que has hecho, pues tus
pecados hacen que ellas se sientan bien al compararse
contigo.55Así
es, tus hermanas, Sodoma y Samaria, serán restauradas junto
con todos sus habitantes y en ese tiempo también te
restauraré a ti. 56Cuando
eras tan orgullosa, despreciabas a Sodoma; 57pero
ahora tu peor perversidad quedó a la vista de todo el mundo
y eres tú la despreciada, tanto por los edomitas y
todos sus vecinos como por los filisteos. 58Este
será el castigo por tu lascivia y tus pecados detestables,
dice el Señor.
59»”Por
lo tanto, esto dice el Señor Soberano:
te daré tu merecido, pues tomaste tus votos solemnes a la
ligera al romper el pacto. 60Sin
embargo, recordaré el pacto que hice contigo cuando eras
joven y estableceré contigo un pacto eterno. 61Entonces
recordarás con vergüenza todo el mal que hiciste. Haré que
tus hermanas, Samaria y Sodoma, sean hijas tuyas, aunque no
formen parte de nuestro pacto.62Reafirmaré
mi pacto contigo y sabrás que yo soy el Señor. 63Recordarás
tus pecados y te cubrirás la boca enmudecida de vergüenza,
cuando te perdone por todo lo que hiciste. ¡Yo, el Señor Soberano,
he hablado!”».
Ezequiel
17
Relato de las dos águilas
1Luego
recibí el siguiente mensaje del Señor:2«Hijo
de hombre, propón este enigma y cuenta este relato a los
israelitas. 3Diles
de parte del Señor Soberano:
»“Un águila grande con alas anchas y plumas largas,
cubierta de plumaje de varios colores,
llegó al Líbano.
Agarró la copa de un cedro
4y
arrancó la rama más alta.
Se la llevó a una ciudad llena de mercaderes.
La plantó en una ciudad de comerciantes.
5También
tomó de la tierra una planta de semillero
y la sembró en tierra fértil.
La colocó junto a un río ancho,
donde podría crecer como un sauce.
6Allí
echó raíces y creció
hasta convertirse en una amplia vid de poca altura.
Sus ramas se extendieron hacia arriba, en dirección al
águila,
y sus raíces penetraron en el suelo.
Produjo ramas robustas
y le salieron retoños.
7Pero
luego llegó otra águila grande
con alas anchas y cubierta de plumaje.
Entonces la vid extendió las raíces y las ramas
hacia esa águila para obtener agua,
8aunque
ya estaba plantada en buena tierra
y tenía agua en abundancia
para crecer y convertirse en una vid espléndida
y producir hojas frondosas y frutos suculentos”.
9»Así
que ahora el Señor Soberano
pregunta:
“¿Crecerá y prosperará esa vid?
¡No! ¡Yo la arrancaré de raíz!
Cortaré sus frutos
y dejaré que se le sequen y marchiten las hojas.
La arrancaré fácilmente
sin necesidad de un brazo fuerte ni de un gran ejército.
10Pero
cuando la vid sea trasplantada,
¿volverá a florecer?
No, se secará
cuando el viento del oriente sople contra ella.
Morirá en la misma tierra fértil
donde había crecido tan bien”».
Explicación del enigma
11Luego
recibí este mensaje del Señor:12«Diles
a esos rebeldes de Israel: “¿No entienden lo que significa
este enigma de las águilas? El rey de Babilonia vino a
Jerusalén y se llevó al rey y a los príncipes a Babilonia.13Hizo
un tratado con un miembro de la familia real y lo obligó a
jurarle lealtad. También desterró a los líderes más
influyentes de Israel,14para
que Israel no se fortaleciera nuevamente y se rebelara. Solo
si cumplía su tratado con Babilonia podría Israel
sobrevivir.
15»”Sin
embargo, este israelita de la familia real se rebeló contra
Babilonia y envió embajadores a Egipto para solicitar un
gran ejército con muchos caballos. ¿Acaso podrá Israel dejar
de cumplir los tratados que hizo bajo juramento sin que haya
consecuencias? 16¡No!
Porque tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano,
el rey de Israel morirá en Babilonia: el territorio del rey
que lo puso en el trono y con quien hizo un tratado que
despreció y no cumplió. 17Ni
el faraón con su poderoso ejército podrá ayudar a Israel
cuando el rey de Babilonia vuelva a sitiar a Jerusalén y
mate a mucha gente. 18Pues
el rey de Israel despreció el tratado y no lo cumplió aun
después de jurar que lo haría; así que no escapará.
19»”Entonces
esto dice el Señor Soberano:
tan cierto como que yo vivo, lo castigaré por no cumplir mi
pacto y por despreciar el juramento solemne que hizo en mi
nombre. 20Arrojaré
mi red sobre él y lo capturaré en mi trampa. Lo llevaré a
Babilonia y lo juzgaré por haberme traicionado. 21Todos
sus mejores guerreros morirán
en batalla y los que sobrevivan serán esparcidos a los
cuatro vientos. Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor,
he hablado.
22»”Esto
dice el SeñorSoberano:
tomaré una rama de la copa de un cedro alto y la plantaré
sobre la cumbre de la montaña más alta de Israel. 23Se
convertirá en un cedro majestuoso, extenderá sus ramas y
producirá semillas. Toda clase de aves anidarán en él y
encontrarán refugio a la sombra de sus ramas. 24Todos
los árboles sabrán que soy yo, el Señor,
quien tala el árbol alto y hace crecer alto el árbol
pequeño. Soy yo quien hace secar el árbol verde y le da vida
al árbol seco. ¡Yo, el Señor,
he hablado y cumpliré lo que he dicho!”».