16 de Junio

 

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1 Reyes 15:25 a 17:24
Hechos 10:24-48
Salmo 134
Proverbios 16

 

1 Reyes 15:25-34

Nadab gobierna en Israel
25Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a gobernar Israel en el segundo año del reinado de Asa, rey de Judá; y reinó en Israel dos años.26Él hizo lo malo a los ojos del Señor y siguió el ejemplo de su padre; continuó con los pecados que Jeroboam hizo cometer a Israel.
27Tiempo después, Baasa, hijo de Ahías, de la tribu de Isacar, conspiró contra Nadab y lo asesinó mientras Nadab y el ejército de Israel sitiaban la ciudad filistea de Gibetón.28Baasa mató a Nadab en el tercer año del reinado de Asa, rey de Judá, y lo sucedió en el trono de Israel.
29En cuanto subió al poder, Baasa masacró a todos los descendientes del rey Jeroboam, para que nadie de la familia real quedara con vida, tal como el Señor había prometido acerca de Jeroboam por medio del profeta Ahías de Silo. 30Así ocurrió porque Jeroboam había provocado el enojo del Señor, Dios de Israel, con los pecados que había cometido y los que hizo cometer a Israel.
31Los demás acontecimientos del reinado de Nadab y todo lo que él hizo están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel.
Baasa gobierna en Israel
32Hubo guerra constante entre el rey Asa de Judá y el rey Baasa de Israel. 33Baasa, hijo de Ahías, comenzó a gobernar todo Israel en el tercer año del reinado de Asa, rey de Judá; y Baasa reinó en Tirsa veinticuatro años. 34Él hizo lo malo a los ojos del Señor y siguió el ejemplo de Jeroboam; continuó con los pecados que Jeroboam hizo cometer a Israel.

 

1 Reyes 16

1El Señor le dio el siguiente mensaje al rey Baasa mediante el profeta Jehú, hijo de Hanani:2«Yo te levanté del polvo para hacerte gobernar a mi pueblo Israel, pero tú seguiste el mal ejemplo de Jeroboam. Has provocado mi enojo al hacer pecar a mi pueblo Israel. 3Así que ahora yo te destruiré a ti y a tu familia, tal como destruí a los descendientes de Jeroboam, hijo de Nabat. 4A los miembros de la familia de Baasa que mueran en la ciudad se los comerán los perros, y a los que mueran en el campo se los comerán los buitres».
5Los demás acontecimientos del reinado de Baasa y el alcance de su poder están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel.6Cuando Baasa murió, lo enterraron en Tirsa. Luego su hijo Ela lo sucedió en el trono.
7El mensaje del Señor contra Baasa y su familia, por el profeta Jehú, hijo de Hanani, se dio porque Baasa había hecho lo malo a los ojos del Señor (igual que la familia de Jeroboam), y también porque Baasa había destruido a la familia de Jeroboam. Los pecados de Baasa provocaron el enojo del Señor.
Ela gobierna en Israel
8Ela, hijo de Baasa, comenzó a gobernar Israel en el año veintiséis del reinado de Asa, rey de Judá; y reinó en la ciudad de Tirsa dos años.
9Zimri, que era el comandante de la mitad de los carros de guerra del rey, tramó un plan para matarlo. Cierto día en Tirsa, Ela se emborrachaba en la casa de Arsa, el supervisor del palacio; 10y entró Zimri, lo hirió y lo mató. Este hecho sucedió durante el año veintisiete del reinado de Asa, rey de Judá. Luego, Zimri lo sucedió en el trono.
11En cuanto subió al poder, Zimri mató a toda la familia real de Baasa; no dejó con vida ni siquiera a un solo hijo varón. Incluso mató a los parientes lejanos y a los amigos. 12De esa forma, Zimri eliminó la dinastía de Baasa, tal como había prometido el Señor por medio del profeta Jehú. 13Esto sucedió debido a los pecados que Baasa y su hijo Ela habían cometido y también por los pecados que hicieron cometer a Israel. Con sus ídolos inútiles, provocaron el enojo del Señor, Dios de Israel.
14Los demás acontecimientos del reinado de Ela y todo lo que él hizo están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel.
Zimri gobierna en Israel
15Zimri comenzó a gobernar Israel en el año veintisiete del reinado de Asa, rey de Judá, pero su reinado en Tirsa duró solamente siete días. En ese entonces, el ejército de Israel atacaba la ciudad filistea de Gibetón. 16Cuando los soldados se enteraron de que Zimri había traicionado y asesinado al rey, ese mismo día escogieron a Omri, el comandante del ejército, para que fuera el nuevo rey de Israel.17Entonces Omri llevó a todo el ejército de Israel desde Gibetón a Tirsa, la capital de Israel, para atacarla. 18Cuando Zimri vio que la ciudad había sido tomada, entró en la ciudadela del palacio, estando él adentro le prendió fuego y murió entre las llamas. 19Pues él también había hecho lo malo a los ojos del Señor. Zimri siguió el ejemplo de Jeroboam en cuanto a todos los pecados que Jeroboam había cometido y que hizo cometer a Israel.
20Los demás acontecimientos del reinado de Zimri y su acto de conspiración están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel.
Omri gobierna en Israel
21Resulta que los habitantes de Israel se dividieron en dos facciones. La mitad de la gente intentaba proclamar rey a Tibni, hijo de Ginat, mientras que la otra mitad apoyaba a Omri; 22pero los partidarios de Omri vencieron a los partidarios de Tibni. Entonces Tibni fue asesinado y Omri lo sucedió en el trono.
23Omri comenzó a gobernar Israel en el año treinta y uno del reinado de Asa, rey de Judá. Reinó doce años en total, seis de ellos en Tirsa. 24Después Omri compró, por sesenta y ocho kilos de plata, la colina que ahora es conocida como Samaria a su dueño Semer. Construyó una ciudad sobre la colina y la llamó Samaria, en honor a Semer.
25Sin embargo, Omri hizo lo malo a los ojos del Señor, peor aún que todos los reyes anteriores. 26Siguió el ejemplo de Jeroboam, hijo de Nabat, en cuanto a todos los pecados que Jeroboam había cometido y que hizo cometer a Israel. Con sus ídolos inútiles, el pueblo provocó el enojo del Señor, Dios de Israel.
27Los demás acontecimientos del reinado de Omri, el alcance de su poder y todo lo que él hizo están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel. 28Cuando Omri murió, lo enterraron en Samaria. Luego su hijo Acab lo sucedió en el trono de Israel.
Acab gobierna en Israel
29Acab, hijo de Omri, comenzó a gobernar Israel en el año treinta y ocho del reinado de Asa, rey de Judá; y reinó en Samaria veintidós años. 30Sin embargo, Acab, hijo de Omri, hizo lo malo a los ojos del Señor, peor aún que todos los reyes anteriores. 31Y como si fuera poco haber seguido el ejemplo de Jeroboam, se casó con Jezabel, hija del rey Et-baal, de los sidonios, y comenzó a inclinarse y a rendir culto a Baal. 32Primero construyó un templo y un altar para Baal en Samaria. 33Luego levantó un poste dedicado a la diosa Asera. Acab hizo más para provocar el enojo del Señor, Dios de Israel, que cualquier otro de los reyes anteriores de Israel.
34Fue durante su reinado que Hiel, un hombre de Betel, reconstruyó Jericó. Poner los cimientos le costó la vida a su hijo mayor, Abiram; terminar la obra y colocar las puertas le costó la vida a su hijo menor, Segub. Todo esto sucedió de acuerdo con el mensaje de parte del Señor acerca de Jericó transmitido por Josué, hijo de Nun.

 

1 Reyes 17

Elías es alimentado por cuervos
1Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».
2Después el Señor le dijo a Elías:3«Vete al oriente y escóndete junto al arroyo de Querit, cerca de su desembocadura en el río Jordán. 4Bebe del arroyo y come lo que te den los cuervos, porque yo les he ordenado que te lleven comida».
5Entonces Elías hizo lo que el Señor le dijo y acampó junto al arroyo de Querit, al oriente del Jordán. 6Los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y por la noche, y él bebía del arroyo. 7Sin embargo, poco después, el arroyo se secó porque no había llovido en ninguna parte del reino.
La viuda de Sarepta
8Luego el Señor dijo a Elías: 9«Vete a vivir a la aldea de Sarepta, que está cerca de la ciudad de Sidón. Yo le he ordenado a una viuda de allí que te alimente».
10Elías se dirigió a Sarepta y, cuando llegó a las puertas del pueblo, vio a una viuda juntando leña y le dijo:
—Por favor, ¿podrías traerme un poco de agua en una taza?
11Mientras ella iba a buscarle el agua, la llamó y dijo:
—También tráeme un bocado de pan.
12Pero ella respondió:
—Le juro por el Señor su Dios que no tengo ni un pedazo de pan en la casa. Solo me queda un puñado de harina en el frasco y un poquito de aceite en el fondo del jarro. Estaba juntando algo de leña para preparar una última comida, después mi hijo y yo moriremos.
13Entonces Elías le dijo:
—¡No tengas miedo! Sigue adelante y haz exactamente lo que acabas de decir, pero primero cocina un poco de pan para mí. Luego, con lo que te sobre, prepara la comida para ti y tu hijo. 14Pues el Señor, Dios de Israel dice: “Siempre habrá harina y aceite de oliva en tus recipientes, ¡hasta que el Señor mande lluvia y vuelvan a crecer los cultivos!”.
15Así que ella hizo lo que Elías le dijo, y ella, su familia y Elías comieron durante muchos días. 16Siempre había suficiente harina y aceite de oliva en los recipientes, tal como el Señor lo había prometido por medio de Elías.
17Tiempo después, el hijo de la mujer se enfermó. Cada día empeoraba y finalmente murió. 18Entonces ella le dijo a Elías:
—¡Ay, hombre de Dios! ¿Qué me ha hecho usted? ¿Ha venido aquí para señalarme mis pecados y matar a mi hijo?
19Pero Elías contestó:
—Dame a tu hijo.
Entonces tomó el cuerpo del niño de los brazos de la madre, lo cargó por las escaleras hasta la habitación donde él estaba alojado y lo puso sobre la cama. 20Después Elías clamó al Señor: «Oh Señor mi Dios, ¿por qué le has traído desgracia a esta viuda que me abrió su casa, al provocar la muerte de su hijo?».
21Entonces Elías se tendió sobre el niño tres veces y clamó al Señor: «¡Oh Señor mi Dios, te ruego que le devuelvas la vida a este niño!». 22El Señor oyó la oración de Elías, ¡y la vida volvió al niño, y revivió! 23Entonces Elías bajó al niño de la habitación en el piso de arriba y se lo entregó a su madre.
—¡Mira —le dijo—, tu hijo vive!
24Entonces la mujer le dijo a Elías:
—Ahora estoy convencida de que usted es un hombre de Dios y que de verdad el Señor habla por medio de usted.

 

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Hechos 10:24-48

24Llegaron a Cesarea al día siguiente. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos cercanos. 25Cuando Pedro entró en la casa, Cornelio cayó a sus pies y lo adoró; 26pero Pedro lo levantó y le dijo: «¡Ponte de pie, yo soy un ser humano como tú!». 27Entonces conversaron y entraron en donde muchos otros estaban reunidos.
28Pedro les dijo:
—Ustedes saben que va en contra de nuestras leyes que un hombre judío se relacione con gentiles o que entre en su casa; pero Dios me ha mostrado que ya no debo pensar que alguien es impuro o inmundo. 29Por eso, sin oponerme, vine aquí tan pronto como me llamaron. Ahora díganme por qué enviaron por mí.
30Cornelio contestó:
—Hace cuatro días, yo estaba orando en mi casa como a esta misma hora, las tres de la tarde. De repente, un hombre con ropa resplandeciente se paró delante de mí. 31Me dijo: “Cornelio, ¡tu oración ha sido escuchada, y Dios ha tomado en cuenta tus donativos para los pobres! 32Ahora, envía mensajeros a Jope y manda llamar a un hombre llamado Simón Pedro. Está hospedado en la casa de Simón, un curtidor que vive cerca de la orilla del mar”.33Así que te mandé a llamar de inmediato, y te agradezco que hayas venido. Ahora, estamos todos aquí, delante de Dios, esperando escuchar el mensaje que el Señor te ha dado.
Los gentiles oyen la Buena Noticia
34Entonces Pedro respondió:
—Veo con claridad que Dios no muestra favoritismo. 35En cada nación, él acepta a los que lo temen y hacen lo correcto. 36Este es el mensaje de la Buena Noticia para el pueblo de Israel: que hay paz con Dios por medio de Jesucristo, quien es Señor de todo. 37Ustedes saben lo que pasó en toda Judea, comenzando en Galilea, después de que Juan empezó a predicar su mensaje de bautismo. 38Y saben que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder. Después Jesús anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que eran oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
39»Y nosotros, los apóstoles, somos testigos de todo lo que él hizo por toda Judea y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo en una cruz, 40pero Dios lo resucitó al tercer día. Después Dios permitió que se apareciera, 41no al público en general,sino a nosotros, a quienes Dios había elegido de antemano para que fuéramos sus testigos. Nosotros fuimos los que comimos y bebimos con él después de que se levantó de los muertos. 42Y él nos ordenó que predicáramos en todas partes y diéramos testimonio de que Jesús es a quien Dios designó para ser el juez de todos, de los que están vivos y de los muertos. 43De él dan testimonio todos los profetas cuando dicen que a todo el que cree en él se le perdonarán los pecados por medio de su nombre.
Los gentiles reciben el Espíritu Santo
44Mientras Pedro aún estaba diciendo estas cosas, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje. 45Los creyentes judíos que habían llegado con Pedro quedaron asombrados al ver que el don del Espíritu Santo también era derramado sobre los gentiles. 46Pues los oyeron hablar en otras lenguas y alabar a Dios.
Entonces Pedro preguntó: 47«¿Puede alguien oponerse a que ellos sean bautizados ahora que han recibido el Espíritu Santo, tal como nosotros lo recibimos?». 48Por lo tanto, dio órdenes de que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Después Cornelio le pidió que se quedara varios días con ellos.
 

 

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Salmo 134

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1Alaben al Señor, todos ustedes, siervos del Señor,
que sirven de noche en la casa del Señor.
2Levanten manos santas en oración,
y alaben al Señor.
3Que el Señor, quien hizo el cielo y la tierra,
te bendiga desde Jerusalén.

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