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Al terminar este año y comenzar el nuevo, recordamos las promesas de
Dios en relación con los diezmos y las ofrendas. El diezmo fue
instituido por Dios para recordarnos que estamos de paso por este
mundo en nuestro camino a una ciudad eterna. El diezmo de nuestros
ingresos es un dinero santo, y no dárselo a Él significa una
deshonra al Señor. ¿Qué importancia tiene la décima parte de lo que
recibimos en la tierra en comparación con las glorias por venir?
Algunas de estas futuras glorias incluyen "un río con el agua de la
vida... el árbol de la vida, el cual produce doce cosechas de fruto,
con una cosecha nueva cada mes," y una ciudad donde "no habrá
noche... porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos" (Apocalipsis
22:1-2,5).
Al comenzar un nuevo año, poné tus prioridades en orden. Dale a Dios
lo que merece y le corresponde. Recordá: Estás listo para recibir
bendiciones celestiales eternas ¡tan grandes que nunca serás capaz
de contenerlas a todas!
364 días pasaron. ¡HOY ES TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD, EN ESTE AÑO, PARA
ENCONTRARTE CON ÉL Y HACER UN NUEVO PACTO!
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