¿Cómo reaccionás cuando alguien te corrige? ¿Te sentís amenazado y a la defensiva, o recibís la corrección con un corazón agradecido?

Dios siempre "dice las cosas como son" a su pueblo. Él recordó a Israel que una vez había sido como un bebé abandonado, desnudo y cubierto de sangre. Su fiel preocupación llevó a Israel a la madurez, la edad adulta, y la convirtió en agraciada. Rechazando la fidelidad de Dios, sin embargo, Israel se convirtió en infiel y fue descrita en Ezequiel 16:32 como "una esposa adúltera que recibe a extraños en lugar de a su propio marido." Tan corrupta fue Israel que Dios le compara con una prostituta ¡que insistió en pagar a sus clientes (vv. 33-34)! Estos reproches, por duros que puedan parecer, tenían la intención de traer a Israel al arrepentimiento.

Los que blanquean el pecado y no te dicen la verdad sobre sí mismos en realidad están contribuyendo a tu destrucción. Es mejor ser reprendido abiertamente si eso causa tu arrepentimiento y restauración. ¡Rodeate de amigos que estén dispuestos a lastimarte con una corrección, en lugar de enemigos que te cubran de besos!

El valor de un amigo en enfrentarte producirá un cambio en tu carácter y puede salvarte de la destrucción eterna. Después de todo, todos tenemos un punto ciego, un área de nuestra personalidad o de nuestro entorno que escapa a nuestra vista y para el cual es imperioso que otro, una tercera persona, nos lo haga ver.
 

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