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El sacrificio de Isaac por Abraham representa una fe que actúa, no
una que sólo habla. Cualquiera puede decir: "Yo confío en el Señor",
pero levantar un cuchillo a su posesión más preciada es la prueba de
la fe verdadera. (Génesis 22:1-14)
No alcanza con escuchar los mandamientos de Dios, ¡debemos
practicarlos! Santiago dijo: "¡Qué tontería! ¿Acaso no te das cuenta
de que la fe sin buenas acciones es inútil?" (Santiago 2:20). Llega
un momento en nuestras vidas cuando tenemos que traducir nuestras
palabras en una acción que demuestra la realidad de nuestra fe.
Cuando Abraham subió al monte Moriah, su fe le dio energía para sus
acciones. En su mente él contaba con que Dios es poderoso para
levantar a Isaac, aun de la muerte (Hebreos 11:19). La fe de Abraham
arriesgó todo... ¡y no perdió nada!
Demos un paso de obediencia. Cuando lo hagamos, ¡Dios proveerá el
carnero para el sacrificio! (Génesis 22:13-14)
8 días pasaron... restan 357 para cumplir el propósito de Dios
en tu vida.
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