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Algo sobre la comodidad y seguridad del barco hace que sea difícil
dejarlo. Después de que Noé había flotado en el arca durante meses,
Dios hizo que las aguas del diluvio retrocedan y dirigió a Noé y su
familia a abandonar su lugar de refugio. Seguramente Noé se
preguntaba cómo sería la vida fuera del arca...
Pedro también sabía de la seguridad de la embarcación. Pero un día
Jesús lo retó a dejar lo conocido y entrar en el reino desconocido
de "pescar hombres." ¿No puedes imaginar cómo debió sentirse Pedro?
¿Cómo sería despertar cada día y seguir a Jesús? Debió haber
pensado...
El barco representa los viejos hábitos, valores y formas de hacer
las cosas. Pedro había sido pescador desde hace años; Noé había sido
confinado a la seguridad del arca durante meses. Ambos tenían que
decidir si se atreverían a seguir a Aquel que los llamó. Cuando Noé
envió la paloma afuera la segunda vez y esta no volvió (Génesis
8:12), él sabía que era hora de dejar el arca. Al igual que la
paloma, Noé no tenía deseos de permanecer en el mundo de la antigua
seguridad. Cuando Pedro oyó la voz del Maestro, él supo que era hora
de dejar el lugar de refugio de la familia y seguir la voluntad de
Dios.
Una vez que hayas probado de un nuevo mundo, un mundo de llamado y
ministerio, no tendrás ningún deseo de volver a la rutina cotidiana
de la vida.
Dejá el barco, mi amigo... ¡Un nuevo mundo te espera!
3 días pasaron... restan 362 para cumplir el propósito de Dios
en tu vida.
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