Devocional 4/01
Lectura del día
 

 

Algo sobre la comodidad y seguridad del barco hace que sea difícil dejarlo. Después de que Noé había flotado en el arca durante meses, Dios hizo que las aguas del diluvio retrocedan y dirigió a Noé y su familia a abandonar su lugar de refugio. Seguramente Noé se preguntaba cómo sería la vida fuera del arca...

Pedro también sabía de la seguridad de la embarcación. Pero un día Jesús lo retó a dejar lo conocido y entrar en el reino desconocido de "pescar hombres." ¿No puedes imaginar cómo debió sentirse Pedro? ¿Cómo sería despertar cada día y seguir a Jesús? Debió haber pensado...

El barco representa los viejos hábitos, valores y formas de hacer las cosas. Pedro había sido pescador desde hace años; Noé había sido confinado a la seguridad del arca durante meses. Ambos tenían que decidir si se atreverían a seguir a Aquel que los llamó. Cuando Noé envió la paloma afuera la segunda vez y esta no volvió (Génesis 8:12), él sabía que era hora de dejar el arca. Al igual que la paloma, Noé no tenía deseos de permanecer en el mundo de la antigua seguridad. Cuando Pedro oyó la voz del Maestro, él supo que era hora de dejar el lugar de refugio de la familia y seguir la voluntad de Dios.

Una vez que hayas probado de un nuevo mundo, un mundo de llamado y ministerio, no tendrás ningún deseo de volver a la rutina cotidiana de la vida.
Dejá el barco, mi amigo... ¡Un nuevo mundo te espera!

 

3 días pasaron...  restan 362 para cumplir el propósito de Dios en tu vida.

 

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